La panadera que rescató bebés de un hospital en Puebla

A un año del sismo del 19-S

Tras el sismo del 19 de septiembre, Monserrat Ortiz improvisó una sala de urgencias en su panadería para ayudar a los internos del hospital San Alejandro.

La mujer ayudó a rescatar a los recién nacidos. (Rafael González)
Rafael González
Puebla /

Monserrat Ortiz recuerda como si fuera ayer el día en que su panadería y su calle fueron sala de urgencias improvisada. Fue hace un año, el 19 de septiembre, cuando todos los pacientes del hospital San Alejandro de Puebla fueron desalojados y éste cerró sus puertas para siempre.

“Aquí tuvimos a los bebés que estaban en los cuneros. Ayudamos a la gente de urgencias, sacamos sillas. Estuvimos aquí con mucha gente ayudando, porque sí, la gente (personal del Instituto Mexicano del Seguro Social) no se daba abasto y estaba aquí la gente (pacientes e internos) aquí en la calle”, cuenta Monserrat.

Su panadería Chri-Sand está desde hace 39 años en la Diagonal 10 Poniente, colonia Villa San Alejandro, justo enfrente de donde por 41 años operó San Alex, como era conocido el hospital.

El 19-S, el terremoto de magnitud 7.1 provocó daños en la estructura del emblemático hospital regional del IMSS, lo que obligó a un desalojo total.

“Afortunadamente estábamos en el negocio y pudimos ayudar a la gente y a los niños que estaban en los cuneros”, dice Monserrat.

Asegura que ella en ningún momento perdió la calma, pues había recibido capacitación en protección civil tras un terremoto en 1999.

Además de apoyar en el traslado y atención de los pacientes desalojados, “pudimos asesorarlos de qué es lo que tenían que hacer para que no entraran en pánico, porque sí se puso horrible la situación allá afuera por el gas, la gente que salía corriendo y demás”, cuenta.

El Dato

El 15 de junio de 1999, a las 15:41 horas, un sismo de magnitud 7 con epicentro 20 kilómetros al sur-suroeste de Tehuacán, sacudió a Puebla y otros estados del centro del país como Morelos, Estado de México y Tlaxcala.

El terremoto del año pasado tuvo las consecuencias más severas en la historia de Puebla, con daños en más de 800 edificios históricos, principalmente iglesias, en el edificio Carolino, el Templo de la Compañía, el Palacio de Justicia, el edificio de Correos, la Biblioteca Palafoxiana, el Palacio Municipal, 841 escuelas y 88 hospitales, entre estos el Centro Médico Nacional Manuel Ávila Camacho, también conocido como San Alejandro.

Las otras consecuencias del sismo

La Diagonal 10 Poniente de la capital poblana no sólo perdió al emblemático hospital San Alejandro, sino que se convirtió en una zona menos poblada e insegura.

“Se ha disparado mucho el robo a los negocios, los poquitos que quedan porque la mayoría ya se fue. Como la gente rentaba, pues se fue porque la gente ya no está aquí. Está todo muy solo, muy oscuro y el gobierno no hace nada, nada más vienen, van al hospital, sacan cosas, pero no se ve que quieran hacer nada con el edificio, ni lo restauran ni lo demuelen”, afirma Monserrat.               
“Muchos ya se fueron, estudiantes, vecinos, gente que tenía aquí su fuente de ingresos ya no están. (El sismo) afectó mucho, mucho la zona”, agregó.

Comenta que además del hospital, inmuebles en la zona sufrieron daños y no han sido evaluados. Frente a su negocio había un estacionamiento, cuyo edificio desde hace un año está apuntalado en dos costados.

En cuanto a su negocio, el panorama no pinta mucho mejor, pues las ventas bajaron y el lugar donde se contempla que reubiquen el hospital no es ideal para mudar la panadería.

“Hemos ido a visitar la nueva zona donde va a quedar el hospital y es una zona un poco difícil para poder instalar un negocio, porque son zonas residenciales. Es un conjunto de puros fraccionamientos, entonces no hay como mucha disponibilidad para reubicarse. Cambiarse la verdad es que no”, explica.

Por las bajas ventas, que estima se desplomaron 70 por ciento el último año, Monserrat tuvo que reducir casi a la mitad a sus empleados, “quitamos personal porque no tenía ya para los sueldos”.

A 365 días del terremoto y sin saber a ciencia cierta qué pasará con su negocio, Monserrat lo mantiene gracias a los clientes cautivos, que a pesar de haberse mudado vuelve a la colonia Villa San Alejandro para comprar sus panes hechos con las recetas de sus bisabuelos; sus productos estrella son los cuernitos y las conchas de vainilla.


AA

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