La Zarza, empresa poblana con trayectoria de éxito

El director general de La Zarza, José Luis Cisneros Madrid, ha destacado por su visión al frente de la empresa poblana.

Caso de éxito: La Zarza | Vladimir Zayas/Cortesía
Puebla /

En 1991, Concepción Madrid y su esposo iniciaron en su hogar un negocio con el cual poder sacar adelante a sus catorce hijos. Fue así como nació La Zarza; proyecto familiar que hoy en día cuenta con treinta y un años en el mercado, da fuentes de trabajo en seis estados de la República y cuenta con un podcast en Spotify, en el cual comparten diversos temas para escuchar en familia.

¿Cómo comenzó la historia de La Zarza?

La historia es extraordinaria, y a la vez muy importante para nosotros. Soy el segundo de catorce hermanos; y bueno, los que tenemos hijos sabemos lo complicado que es mantener una familia. No sé cómo le hicieron mis padres para mantenernos a todos nosotros, pero es claro que en algún momento la economía familiar pasó por una crisis. Mi mamá tomó la decisión de trabajar para ayudar a mi papá, pero en ese entonces mi hermana más chica tenía un año y medio. Mi papá le preguntó: “¿Cómo te vas a poner a trabajar con una niña tan pequeña?”; con apoyo de familiares deciden iniciar un negocio comercializando pasteles en casa.

Fue a principios de 1991 que se consolidó esta idea. Toda la familia se esforzó; recuerdo que en ese momento todos los hermanos ayudamos para que el negocio fuera exitoso. La empresa ha evolucionado mucho desde entonces, pero el origen está en la unión familiar, la necesidad, y sobre todo en la valiente decisión de mi mamá por apoyar a mi papá.

¿Por qué el nombre de La Zarza?

Cuando entré a trabajar a la empresa mis padres ya producían pasteles. En ese entonces le vendían estos productos a un tercero; es decir, no comercializaban directo. Así que le propuse a mi papá crear una marca. Buscamos negociar con un tercero que ya tenía puntos de venta, pero los planes no fructificaron. Así que nos vimos en la necesidad de buscar un nombre. Cabe destacar que nuestro producto estrella siempre ha sido el pastel de queso con zarzamora. La palabra “zarzamora” es grande, así que se quedó La Zarza. Además tiene una connotación adicional: somos una familia católica, y compartimos con todos ese pasaje de la Biblia donde Dios habla con Moisés a través de la zarza ardiente. Nos encantó el doble significado detrás de aquel nombre.


¿A qué cree que se deba el éxito del negocio? 

Tiene que ver con varios elementos. Primeramente, la calidad del producto. La gente prueba nuestros pasteles, les encanta el sabor y la calidad de los insumos, y regresa por otro. A su vez, la tradición de recetas familiares, que ha sido una base importante en todos los hogares. Mis hermanas desarrollaron estos productos a partir de lo que se nos transmitió por generaciones.

Luego creo que fue la visión de hacer un negocio que se expandiera y no se quedara solo en los ingresos familiares; que tuviera ese impulso donde la segunda generación da el plus. Claro, el esfuerzo de todos fue desde el inicio. Era desmañanarse y desvelarse trabajando. No porque un negocio parezca exitoso significa que va a generar desde el principio. Hay que trabajar duro, esforzarse, tener una visión que nos lleve a los lugares más altos.

¿Cuáles han sido los retos más grandes que ha enfrentado en su liderazgo? 

Uno de los más grandes fue cuando falleció mi papá. Una empresa familiar sin líder puede presentar una crisis. Afortunadamente, mi padre siempre tuvo en claro sus objetivos y realizó una sucesión que permitió el crecimiento posterior de la empresa. Por mi parte me tocó gestionar como director, entre otras actividades, ya saben, al principio uno es todólogo, donde hay que tomar decisiones críticas de la manera más objetiva posible.

Respecto a sus hermanos, ¿De qué forma apoyan el negocio? ¿Cómo equilibran la vida familiar y laboral?

Te puedo hablar de dos etapas. Primero, la de la fundación. Fue un momento en el cual hubo mucha solidaridad entre los hermanos, especialmente hacia nuestros padres. Se trabajó en armonía, siempre con el fin de salir adelante económicamente. Entonces, hablando de la familia, todos los aportes se dieron en su momento. Esto fue positivo para el arranque de la empresa. Separar el trabajo de la familia fue lo complicado, sobre todo porque el negocio lo teníamos en casa, y se trabajaba todos los días de la semana, incluyendo días festivos, ya que eran una buena oportunidad de venta. Con el tiempo la madurez del negocio se fue expandiendo. La gestión ya no era llevada a cabo por todos, sino por algunos miembros. Sí se generó una relación muy fuerte entre empresa y familia, pero cada quien en su propio núcleo.

Lo que ha sucedido es que hacemos las cosas bien en el área laboral, pero a veces descuidamos un poco el tema familiar. Sin embargo, creo que se debe dar la oportunidad de voltear a ver cada vez más a los miembros de nuestras familias, dedicarles el tiempo que se merecen. Ahora entiendo que el trabajo es una parte complementaria y no mi razón de ser. Esto lo comparto desde mi punto de vista, el resto de los integrantes podrán tener su propia experiencia.

¿Cuál es su postre favorito?

En 2020 lanzamos un producto que se llama Rous, no sé si lo conozcan. Cada vez que lo como me fascina. Tiene una deliciosa combinación de sabores y texturas. Fue un desarrollo gourmet. (Aunque siempre seré fan del pastel de queso con chabacano.)

¿Con qué bebida acompaña una rebanada de pastel?

Por los productos que manejamos –y sobre todo aquellos elaborados a base de chocolate–, una copa de vino tinto siempre es una excelente compañía. Sí hablamos de un panqué, sería un chocolate caliente o un café.

¿Cuál es su visión a largo plazo? 

Te puedo hablar de dos perspectivas. Una, es que vamos a continuar con el tema de innovación en la empresa; estar al día para que nuestros productos sigan gustando y atrayendo, tanto a quienes ya nos conocen como a aquellos que todavía no. De la mano, buscamos expandirnos. Explorar otros estados a través de un plan estratégico que tenemos de tres a cinco años.

Por otro lado, seguir trabajando de manera correcta y adecuada para que la empresa trascienda más allá del tiempo y los dueños actuales. Buscamos que La Zarza llegue a más generaciones.

Actualmente, la empresa que produce diariamente 50 mil rebanadas de pastel tiene 31 años, 23 con el nombre de La Zarza, 134 sucursales distribuidas en Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos, Hidalgo y Ciudad de México, 43 tiendas bajo el modelo de franquicias, 91 sucursales corporativas de la marca con 650 empleos directos generados.

Por: Alejandra Casco y Víctor T. Ustaran.

CHM

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