La mala calidad del aire que impera en la Comarca Lagunera, de acuerdo datos proporcionados por el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA), por los altos índices de contaminación de PM10 (Partículas Menores a 10 micras), impacta en al menos 26 mil 680 habitantes que cohabitan, dia y noche con empresas cementeras, criberas y concreteras ubicadas en la región.
Y aunque en lo que va del presente año, la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Coahuila (Propaec) ha sancionado a diez empresas pedreras en la entidad, por incumplimiento de las regulaciones que operan en la materia, la mayoría por no contar con las autorizaciones que deben solicitar para realizar la extracción de material, en La Laguna, las autoridades no sólo guardan silencio, sino que continúan detenidas las mediciones en la mayoría de las estaciones ubicadas en la región.
La cifra mencionada se extrajo de los Indicadores Básicos de Colonias de Torreón publicado por el Instituto de Planeación, teniendo como muestra las zonas habitacionales en donde se encuentran las empresas del perfil mencionado en la investigación realizada el Centro de Estudios de Políticas de Texas (Texas Center for Policy Studies).
Índices altos de contaminación
Ante ello, habría que referir los datos emanados de las mediciones de la estación de monitoreo ubicada en el Parque La Esperanza de Gómez Palacio; dicha medición considera el índice PM10, (Partículas Menores a 10 micras), en donde tan sólo el 24 de noviembre la medición alcanzó los 314 µg/m3 (microgramos p/metro cúbico).
El parámetro permitido es de 75 µg/m³, como valor máximo, de acuerdo a la NOM; en donde en el aire de la región permanecen partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, material petreo, cemento o polen, dispersas en la atmósfera.
De acuerdo a la NOM-025-SSA1, publicada en el Diario Oficial de la Federación, durante las últimas décadas, la calidad del aire en las principales ciudades del país y sus zonas conurbadas ha mostrado una clara tendencia al deterioro.
El resto de las estaciones de monitoreo con que cuenta la zona metropolitana de La Laguna, ubicadas en la ciudad de Torreón, ninguna proporciona la información sobre las mediciones obtenidas.
Así lo consignó MILENIO a principios del mes de noviembre, donde se detalla que en el municipio de Torreón existen tres equipos de monitoreo de partículas PM10, que ayudan a medir la calidad del aire, pero que se determinó suspender su uso por la pandemia, al argumentar que los filtros captan toda sustancia y podrían significar una fuente de contagio para quien los manipula manualmente.
De igual manera sucede en el municipio de Lerdo, Durango, existen dos estaciones: Sagarpa y Tecnológico de Lerdo, la información de los parámetros de la calidad del aire, no se encuentran disponibles. La estación ubicada en el Parque La Esperanza, es la única que realiza, proporciona y publica la información sobre la calidad del aire en la región.
Su histórico de datos publicados en su portal web, reporta todos los días valores superiores al parámetro permitido, que de acuerdo a las normas de salud, es de 75 microgramos/ metro cúbico, rebasando los límites señalados.
Ejemplo de ello fue el lunes 29 de noviembre a las 22 horas, el valor máximo fue de 172 µg/m³: A las 11 horas del martes 30 de noviembre, la concentración de PM10 se ubicó en 99 µg/m³, lo que indica una calidad de aire “mala” y con riesgo “alto”.
Contaminación, problema de salud pública
En relación al impacto en la salud, de acuerdo a la investigación realizada el Centro de Estudios de Políticas de Texas (Texas Center for Policy Studies), la producción convencional del cemento puede ocasionar no sólo problemas ambientales, donde la extracción contínua de la piedra caliza y otros materiales provoca una erosión importante del área de las canteras; el transporte inadecuado de materiales para su almacenamiento y su molienda en la planta, produce una gran cantidad de polvos.
Dicho estudio menciona la planta cementera ubicada en Torreón, en donde para tal proceso utiliza aceites gastados, solventes, tela, estapa, mezcla de pintura, ciclomexano, lodos, entre otros. En diferentes publicaciones se refieren campañas y convenios en donde la cementera hacía acopio de llantas usadas para reutilizarlas en los hornos para sus procesos.
De esta manera, en La Laguna se han desarrollado enfermedades crónicas como sinusitis, adenoiditis y amigdalitis, bronquitis aguda, laringitis, asma bronquial, entre otras, son las afecciones de salud que pueden presentar aquellas personas que ya presentan rinitis alérgica y la rinitis provocada por la inhalación de químicos, polvo, contaminación y otras sustancias contaminantes irritantes emanadas de cementeras, concreteras y criberas.
Cuestionado al respecto, el doctor Luis Alberto Maeda Núñez, médico otorrinolaringólogo egresado de la UAdeC, refirió que estas enfermedades pueden ser consideradas ya como un problema de salud pública, que deben atenderse; ya que las afectaciones en la salud y la vida cotidiana de vecinos radicados en las colonias en donde se realizan actividades para la producción de cemento, cal y yeso, concreto y otras, son una realidad.
Al menos así lo expresaron en un sondeo realizado por MILENIO en La Laguna, entre habitantes de colonias aledañas, que presentan síntomas de alergias, irritación de garganta, tos, asma, entre otras.
Directivos de la Escuela Primaria Emiliano Zapata, ubicada en Francisco Villa de Ciudad Lerdo, aseguran que estudiantes de dicho centro escolar viven problemas de salud derivados de la contaminación y el polvo emanada al ambiente por la empresa Triturados Cribissa; pero también señalan que han sufrido de vandalismo y robo de equipo del interior de sus instalaciones; así lo denunció José María Aguirre González, director de dicha institución educativa.
“Parece neblina, pero es el humo que se levanta, nos acostamos respirando el polvo y despertamos de igual manera. No es justo que tengamos que seguir viviendo en estas condiciones a costa de nuestra tranquilidad y salud”, señora Ruth, vecina Fidel Velazquez, donde opera la firma Concretos Ricasa.
En esto coincidió Gloria Alicia Cisneros González, vecina de la colonia Fidel Veláquez: “Nos ha afectado, mi hijo padece alergia. Todas las ventanas las tenemos cerradas, pero aun así mi nieta y mi hija tienen alergias; todos los días se levanta el humo. En las noches es cuando vienen a cargar el material".
La señora Lupita, vecina de Las Luisas en donde desde hace décadas opera Cementos Mexicanos, expresó: “Sufrimos de constante resequedad en la garganta, el olor es muy molesto, huele como si estuvieran quemando hule o llantas, y amanece el polvo gris y blanco todos los días, y todas las mañanas tengo que salir a barrer las banquetas y la casa, porque es muy incómodo más para los niños”.
De la colonia Braulio Fernandez Aguirre, donde se ubica la empresa Caleras de La Laguna, Marisol Muñoz y Atilano Barrón, coincidieron en señalar que son años tolerando el respirar el polvo que emana esta empresa, causando molestias en la salud, y además ensuciando con las calles y el medio ambiente en general de su colonia: “Quisiéramos respirar mejor, pero para ello se tendría que ir la empresa de aquí”, lamentó Barrón.
ONU se pronuncia contra el freno en las mediciones
Las empresas cementeras, concretas o criberas, deben apegarse a certificaciones o normas de control ambiental, para evitar o disminuir el impacto negativo, no sólo en el ambiente, sobre todo en la salud de la población.
Pero de entrada, es mediante el funcionamiento de los sistemas de medición como se puede evaluar la calidad del aire que respiramos. De acuerdo a la ONU, el covid no puede ser un argumento que valide frenar las mediciones de contaminantes en el ambiente.
De acuerdo a lo que ya señalaba el relator especial del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, David Boyd, exhorta: Ningún país ha de escudarse en el covid para revertir sus políticas medioambientales.
Criticó que la pandemia del coronavirus no debe usarse como excusa para reducir la protección y vigilancia medioambiental, esto luego que durante el segundo trimestre de 2020, varios gobiernos dieron a conocer que disminuirían sus normativas ambientales.
"A la luz de la crisis ambiental mundial que precede al covid-19, estas acciones son irracionales, irresponsables y ponen en peligro los derechos de las personas vulnerables", calificó David Boyd.
Muchos retos aún por superar en la medición del aire: CANACINTRA
La misma Secretaría de Salud reconoce en dicha publicación del Diario Oficial de la Federación que: “A pesar de los esfuerzos realizados por los diferentes órdenes de gobierno y la iniciativa privada en cuanto a la medición y cumplimiento del marco jurídico vigente, la contaminación del aire continúa siendo uno de los problemas de salud pública más importantes que afecta a la población a nivel nacional".
En tanto, Carlos González Silva, presidente de Canacintra Torreón, fue tajante en señalar que el abatimiento en los altos niveles de contaminación, que impacta en la salud de los laguneros, es una responsabilidad que se debe cumplir por todos los ciudadanos.
Si bien aseguró que en la industria se cumplen con todos los estándares y protocolos de control de emisiones, reconoció que sí hay algunas que deben fortalecer el cuidado en el manejo de materiales o sustancias derivadas de sus procesos.
La evaluación realizada por MILENIO frente a la contaminación del aire y el impacto en la salud de los habitantes de zonas aledañas a las empresas cementeras, yeseras, criberas o concreteras ubicadas en áreas pobladas de la Comarca Lagunera, la investigación publicada por el Centro de Estudios de Políticas de Texas va más allá y critica el uso de residuos peligrosos como combustibles alternos en los hornos de cemento, que comprenden residuos sólidos, como llantas de desecho, cascos de baterías, tierras contaminadas, etc, y residuos líquidos que son la mayoría como: solventes, grasas y aceites usados, residuos de la refinación del petróleo y lodos de destilación, principalmente, cuyo impacto a la salud es aún mayor.