En el municipio de San Pedro Cholula, se localiza el cerro Zapotecas, sitio en el cual algunos aseguran que en su cima se encuentra una cueva, difícil de hallar porque se encuentra escondida a la vista, donde mora el mismísimo demonio.
Desde hace mucho tiempo se rumora que algunas personas después de una visita a la cueva han enriquecido de manera sorprendente y rápida. Se dice que lo logran tras “pautar” con el diablo.
La leyenda inició por el año de 1900 cuando un campesino de nombre Olegario pasaba por momentos difíciles junto con su familia; su trabajo en el campo no daba lo suficiente para sobrevivir.
Cuentan que él se dedicaba a cortar leña, misma que vendía de puerta en puerta en las casas de San Pedro y San Andrés Cholula, aunque con la mala fortuna que muchas veces regresó sin haber podido vender nada.
Dicen que fue tal su desesperación que decidió una noche ir a caminar al cerro para aclarar sus ideas y planear una forma de salir de tan lamentable crisis. Sin embargo cuando recién comenzaba su andar un sentimiento de pánico inexplicable se apoderó de él, haciendo que se internara por un sendero donde se encontró con un hombre vestido elegantemente, quien luego de mirarlo y con una voz gruesa y áspera le dijo: “Conozco tus problemas. Sígueme”.
- Te recomendamos La Calle de la Calavera en Puebla y la trágica historia de amor por la que recibió su nombre Cultura
Fue tal su confusión que hizo lo que le indicó el hombre, el cual tenía un bigote muy grande y retorcido por la parte superior. Además de que estaba totalmente vestido de negro con capa roja sombrero de copa y bastón.
Caminó atrás del desconocido que empezó a escalar por la ladera del Zapotecas y de manera extraña no experimentó ningún cansancio. En un abrir y cerrar de ojos llegaron a la cima y empezaron a introducirse a una cueva, que en apariencia tenía poca profundidad, pero que en realidad conducía a las entrañas de la tierra.
En punto de medianoche llegaron a una amplísima sala bellamente decorada en tonos rojos, dorados y negros, en cuyo centro se situaba un lujoso trono. Sentado en él estaba un personaje similar al que acompañaba a Olegario, quien era acompañado por otros a su alrededor todos los cuales cantaban y alababan al personaje del centro.
Tras percatarse de lo ocurrido, Olegario fue invitado a acercarse al trono. Cuando estuvo de frente al personaje, éste le dijo que desde este momento ya era de él, y por ello le daría todas las riquezas que jamás había soñado.
Sólo le marcó una condición, acudir cada noche de luna llena para adorarlo. En ese momento, Olegario se desmayó y al otro día despertó en su cama. Su esposa tampoco supo decirle a la hora que regresó ni cómo se había acostado.
Olegario sentía un agudo dolor en el lado izquierdo del pecho a la altura del corazón. Se quitó la camisa de manta y notó que tenía una pequeña herida en forma de L, lo que le recordó lo ocurrido la noche anterior.
Un sudor frío empezó a escurrir en todo su cuerpo, y se incrementó más cuando uno de sus hijos entró corriendo al jacal para decirle que en patio se había abierto un hoyo muy profundo.
- Te recomendamos En el Barrio de Analco perdura la leyenda del Callejón del Muerto Estados
Se levantó rápidamente de su petate, corrió al lugar donde le enseñaba su hijo y encontró barriles llenos de monedas de oro. Sobreponiéndose a su miedo, les pidió a sus familiares guardar el secreto.
Como primera medida decidieron mudarse de residencia y luego procedieron a comprar propiedades de diversos tipos.
Tan pronto su nivel de vida cambió, todos se olvidaron totalmente de la pobreza y las carencias. Aunque para Olegario todo se mantuvo igual. Él siempre andaba con la misma ropa y su cara demacrada y cabizbaja, además de que el día posterior a la noche de luna llena, siempre se encontraba enfermo, en cama y con visibles huellas de tortura y sufrimiento.
Los moradores de la zona aseguran que desde entonces, todo aquel que busca fortuna o riquezas acude a este lugar sin importar que para esto tengan que entregar su vida y su bienestar al demonio.
mpl