Le llevé una playera del Santos al Papa Francisco, nadie lo había hecho: Obispo Emérito

Lado B

Monseñor José Guadalupe Galván Galindo era de Nuevo León, pero se convirtió en lagunero cuando adoptó la pasión por los colores albiverde del equipo.

El Obispo Emérito recordó con emoción el momento cuando la última Copa del Santos visitó su capilla. (Rolando Riestra)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

"¡Gooooool!", gritaba sonriente para una fotografía que dirían los niños, resultará épica.

El entusiasmo del Obispo Emérito de Torreón por el futbol era evidente. Puntual nos recibió en la sala de su casa el 3 de agosto del 2019, vestido pulcramente por una camisa blanca rematada por un cuello romano inmaculado. 

José Guadalupe Galván Galindo era originario de Monterrey, amante del balompié y para gusto de los laguneros, santista de corazón.

"Un día reuní a algunos padres aquí en mi casa para un desayuno ¡y trajeron la Copa aquí, estuvo en mi capilla!".

Cierto, monseñor se jubiló y al cambiar de domicilio adaptó una recámara como una pequeña capilla donde la sobriedad impera en el ambiente. 

Pero alegre recordó su afición por el fútbol, la cual disfrutó como cualquier hombre. Así mostró una foto donde le entrega una playera del Santos Laguna al propio Papa Francisco.

Al Obispo le tocó bendecir el nuevo estadio del Santos y de oficiar la primera misa en la Parroquia de Todos Los Santos. (Rolando Riestra)

"Esa foto se hizo viral en ese tiempo porque nadie se hubiera atrevido a eso. A mí me dieron una camiseta y me dijeron: ‘Oiga, llévesela al Papa, pero que nos la bendiga y nos la traiga’".

En esa camiseta se mandó estampar “Papa Francisco # 1”.

"Yo le estaba explicando al Papa, y él estaba muy interesado. Y luego luego pescó la camiseta y se quedó con ella. El Papa tenía poquito, todavía no cumplía ni el año y la noticia era que el Papa era aficionado al fútbol y que le iba al equipo de San Lorenzo y entonces a mí se me ocurrió pues lo de la camiseta", contó. 

"Muchos le llevan medallas conmemorativas y cosas de esas. Yo llegué y le presenté camiseta y el Papa muy pronto se interesó y no la soltó. Y le dije que era el equipo Santos pero que había una parroquia dedicada a Todos los Santos en el estadio y todo eso le daba risa porque entendía perfectamente el lenguaje. Eso fue el 14 de diciembre de 2014".

"Un año más tarde el Santos Laguna ganó el campeonato portando justo esa camiseta de temporada. Ahora cuando las cosas no les van bien en el equipo, no falta quien busque al Obispo para decir entre broma y broma que necesitan su ayuda, pero que vayan de nuevo con el Papa Francisco para que el equipo remonte".

En entrevista para MILENIO, el 3 de agosto del 2019 Monseñor se preparaba para disfrutar del encuentro entre Santos vs Atlas.

¿Usted va a los partidos al estadio?

No a todos, sí me invitan mucho, no todos porque los domingos a veces tengo compromisos de misas, pero ordinariamente si me invitan yo voy.

¿Me imagino que no toma cerveza de allí?

-No, no. Y menos ahora, apunta sonriente.

¿Hoy cómo quedamos? 

El martes quedó empatado.

Sí pero hoy juega el Santos con el Atlas. ¿Cuál es su pronóstico?

Ah, pos el Atlas… ya han ganado aquí dos y este es el tercero, va a ganar, y después dentro de quince días, digo la otra semana, va a jugar contra Puebla.

Monseñor José Guadalupe Galván también se sabía glotón. A sus 78 años comía de todo, eso sí, lo único que pedía era que la comida no estuviera picosa porque aseguraba que cualquier cocinera podía decir "que le puso cuatro, o que nomás dos chilitos" y luego se ponía todo rojo

¿Usted jugaba fútbol de pequeño?

Era más bien de basquetbol pero cuando llegué a Torreón me di cuenta que aquí el domingo era de futbol. Era en el estadio antiguo (Corona) cuando se jugaba a las cuatro de la tarde, entonces todas las misas del mediodía veía a las familias y a los hombres con la camiseta del Santos puesta.

Todas mis amistades me empezaron a relacionar con el fútbol, a mí me tocó ir cuando se inauguró el Territorio Santos Modelo, el primero de noviembre de 2009, entonces la directiva separó la fiesta religiosa con la fiesta oficial, si no sí hubiera sido un caos porque trajeron a Ricky Martin y a Felipe Calderón.

NACIMIENTO

Galván Galindo nació en el año de 1941. El 21 de junio cumplió 54 años como sacerdote, el próximo 10 agosto cumplirá 25 años como obispo y el 21 del mismo mes cumplirá 78 años de edad, motivo por el cual le realizarán una serie de encuentros conmemorativos, el primero el mismo sábado 10 de agosto en Torreón.

Yo nací en Cadereyta Jiménez, Nuevo León, que está a 34 kilómetros de Monterrey por la carretera a Reynoso. 

El Obispo Emérito le tocaron cambios radicales en la manera de oficiar misas, una de ellas la de estar de espaldas a la gente. (Rolando Riestra)

Ahí pasé mi infancia, nomás los seis años de escuela primaria porque en ese tiempo nos recibían en el seminario terminando la primaria, yo entré al seminario a los trece años y desde ese momento ya estuve en Monterrey en mi formación de seminarista: cuatro años de humanidades, tres años de filosofía y cuatro años de teología, y todavía sin cumplir los 24 años, que era la edad mínima en ese tiempo, el 29 de junio de 1965 fui ordenado sacerdote.

¿Y cómo fue el descubrimiento de su vocación?

Mira, mi vocación es la familia y la parroquia. En mi familia nomás éramos tres hermanos; mi mamá siempre perteneció a grupos de la parroquia, entonces, además del catecismo sentí el gusto de ayudarle al párroco de San Juan Bautista y entonces así me convertí en monaguillo, en acólito. 

En ese tiempo las misas eran en latín y entonces uno, aún en esa edad, a los siete años, tenía un que aprender las partes de la misa.

Eso se oye demasiado antiguo y usted es un hombre contemporáneo. No me diga que a parte de dar las misas en latín, se daban a espaldas de la gente.

Era de espaldas. Yo todavía celebré mi primera misa dando la espalda porque los altares así eran; además de ser en latín le daba uno la espalda a la gente, pero a raíz del Concilio Vaticano II que terminó en diciembre de 1965, empezaron a darse cambios en la iglesia, principalmente en la liturgia y lo más notable fue que el latín desapareció pues el sacerdote pudo dar la misa en español.

Le tocó el tiempo de la renovación en términos globales, fue un joven dentro de la generación del 68.

Sí, claro. Lo último antes del concilio y lo primero después del Concilio. Todos los azotes que tuvimos por más de cincuenta años, nos tocó vivir esa transición, ese cambio.

¿Cómo vivió ese contexto como joven, no como religioso?

En el seminario son once años, o eran once años. En ese tiempo muchos seminaristas se retiran porque se dan cuenta de que no son para esa vocación; va viendo uno las exigencias, los compromisos y hay muchos jóvenes que se van retirando. En mi generación como entrábamos niños, éramos, yo me acuerdo, alrededor de 50 y en mi generación terminamos doce.

¿Y nunca tuvo dudas en cuanto a su fe?

Gracias a Dios no porque mira, yo me sentía con la vocación sin conocer los compromisos y el significado. Pero Dios Nuestro Señor se vale de muchos medios para decirte "Sígueme". Por eso te digo que fue mi casa, mi familia y fue la parroquia.

¿Pero no se dio siquiera la oportunidad de tener una novia?

Tenía trece años y antiguamente los colegios, aún la educación oficial, nos dividía y en un extremos del pueblo estaba el colegio de niñas y en el otro extremo el colegio de los niños, y nada de mezclarse. Era lo que uno vivía en ese tiempo y además en ese tiempo no había tanta distracción. Apenas empezaba la televisión a blanco y negro; era oír puro radio con novelas y canciones de Cri Cri. Dudas pueden entrar o tentaciones, pero el que tiene la vocación se va superando. 

José Guadalupe Galván Galindo aprendió desde niño la pasión y entrega por la religión. (Rolando Riestra)

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