Los millennials que luchan por salvar el acuífero de La Laguna

A 2 mil 700 metros sobre el nivel, estos jóvenes que viven en ejidos de Santiago Papasquiaro y en Tepehuanes, trabajan para conservar el bosque.

Estos jóvenes realizan actividades de conservación de 724 hectáreas de bosque cuyo suelo ha sido afectado por la erosión hídricas y eólica. (Martín Pi
Luis Carlos Valdés
Santiago Papasquiaro, Durango /

Los millennials de la Cuenca Alta del Río Nazas, ellos viven a una altitud de entre 2 mil 300 hasta 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar.

Día a día demuestran con acciones sus valores sociales y éticos forjados entre los bosques del estado de Durango, que dan otra visión de los nacidos a partir de los ochentas, vinculados tradicionalmente a una generación digital e hiperconectada, estos jóvenes participan dentro del Programa Irritila, cumplen con el rango de edad, no son hipsters, ni mainstream (común o popular), conceptos como vintage o retro, no están en su vocabulario.

Este grupo de jóvenes viven en ejidos de Santiago Papasquiaro y en Tepehuanes.

Son emprendedores y gracias a esta iniciativa trabajan para conservar las miles de hectáreas de bosque, que benefician la recarga del acuífero que dota de agua a más de un millón de personas en la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango.

Del municipio de Tepehuanes, Martina Mata Saltado de 33 años, Sabina Carrera de 28 años, Elsa Mata Valtierra de 22 años, Yesenia García de 23 años, Eduviges Valtierra con 36 años, Gustavo Carrera Vega de 32 años, Antonio Ramírez con 39 años acompañados por Nancy Cano Mata 12 años, contestan a una sola voz y orgullosos: “Somos de Escobar y Anexas”, cuando se les preguntó su lugar de origen.

A 2 mil 300 metros de altitud, estos jóvenes realizan actividades de conservación de 724 hectáreas de bosque cuyo suelo han sido afectados por la erosión hídrica y eólica, acciones ligadas a mantener la calidad y las posibilidad de producción de muchas áreas agrícolas, así como la mejor provisión de agua y calidad de agua y transformar esas áreas con beneficio para ellos, en esta zona es usada tradicionalmente para ganadería.

Habitualmente, estos jóvenes dedican su tiempo al hogar, a la siembra o a la ganadería. 

Cuando la actividad baja, se adhieren al Programa Irritila para realizar labores de conservación y preservación del bosque con presas filtrantes, cabeceos para evitar el deslave de la tierra y la erosión, utilizando piedra y material vegetal muerto, brechas corta fuegos, entre otros trabajos, beneficiando al bosque compuesto por pino piñonero o pino cembroides, encino blanco, micrófilo, juniperus,entre otras especies que componen la región.

Trabajan con recursos del Programa Irritila

El Programa Irritila es una iniciativa ciudadana encabezada por Roberto Muñoz del Río apoyada por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), así como diversos sistemas municipales de agua, asociaciones y usuarios de agua en las zonas urbanas y agropecuaria.

Tiene como objetivo conservar y restaurar los bosques de la Cuenca Alta del Río Nazas, localizada entre seis y siete horas de Torreón y por convenio con la Conafor obtiene aportaciones económicas que en conjunto con las realizadas por usuarios de agua, logran tener recursos para realizar estas obras y pagar a especialistas, adultos y jóvenes que ejecutan estas acciones.

En la Cuenca Alta es el sitio donde se originan los escurrimientos que dan vida a la Sierra Madre Occidental y que eventualmente forman ríos y/o se infiltra al subsuelo.

En el caso de la Región Lagunera, los Ríos Ramos y Sixtín se unen para dar forma al Río Nazas que es entonces embalsado en la presa Lázaro Cárdenas, fluye en su cuenca media hasta la presa Las Tórtolas y eventualmente es conducido por los canales revestidos para entonces ser repartida en los módulos de riego que constituyen la cuenca baja.

En la Región Lagunera se dispone del agua que se “fabrica” en la cuenca alta, es decir, en la sierra de Durango.

Jóvenes prefieren su bosque que migrar

“Este es un apoyo que nos dan y es muy valioso y nos beneficia a nosotros y al medio ambiente. Nos ayuda a mejorar el ecosistema de todos y a proteger nuestro medio ambiente y a nuestro ejido, estamos orgullosos de él”, expusieron Martina y Elsa Mata.

Contrario a la tendencia de migración que por años se ha venido presentando en las comunidades de la parte alta del río Nazas, estos jóvenes tienen un arraigo por la tierra que los vio nacer.

“Nos gusta nuestro ejido, por eso nos quedamos. Porque hay trabajo aquí, y esto nos ayuda a salir adelante”, coincidieron.

Muchos de ellos sólo estudiaron hasta la secundaria, lamentablemente la constante es la falta de instalaciones educativas cercanas a sus comunidades que les permita seguir estudiando.

Muchos tienen que cambiar su residencia a las cabeceras municipales en Tepehuanes o en Santiago Papasquiaro, que están incluso a más de una hora de distancia en algunos casos.

Los meses de mayo, junio, julio incluso, es la temporada en que laboran cargando pesadas piedras, leña, acompañados por técnicos y especialistas contratados por el Programa Irritila, para realizar acciones de brechas corta fuegos, barreras de piedra, presas filtrantes, entre otras.

“Sería una decepción mucho muy grande que se extinguiera nuestro bosque que nos da la vida, el trabajo, el oxígeno, sería una desilusión muy grande y una tristeza, el bosque es lo que nos dan los recursos para salir adelante”, señalaron.

De niños, estos jóvenes acudían al bosque a jugar en el rancho con los animales, hacían quesos y ordeñaban a las vacas. Si estuvieran en la ciudad, quizás tendrían acceso a internet, computadora o incluso celular, pero prefieren estar más en contacto con la naturaleza.

“No queremos migrar. De nuestra parte, aquí es donde tenemos el sostén para vivir. Muchos tenemos ya familia, ya todos estamos establecidos en el rancho. Estamos orgullosos de nuestra tierra”, coincidieron.

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