En Puebla, uno de las más importantes figuras del activismo por la defensa de los derechos humanos y promotor del respeto para los animales tiene apenas dos años de edad. Su nombre es José María Guadalupe, mejor conocido como Lupito, el cerdito.
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Su simpática personalidad lo ha convertido en el protagonista de las movilizaciones sociales en la capital poblana, pues a veces aparece con un pañuelo verde, naranja, morado o con la bandera de la comunidad LGBT+, según sea la causa de la lucha, pero nunca abandona a Joaquín, su amo, quien también es activista, por lo que juntos luchan por la igualdad, el respeto y la inclusión.
“Lupito llegó en 2020, al mes y medio de nacido, y fue un regalo de mi hermana, yo nunca había convivido con cerdos, solo estábamos acostumbrados a comerlos. Ha sido todo un cambio con él y que sea un compañero de vida”, dijo Joaquín Sosa.
A lo largo de su corta vida, Lupito ha participado en casi un centenar de marchas y movimientos con causa, y tiene más de 2 mil seguidores en Instagram, una red social donde es el vocero de la protesta social poblana.
“Ya que tenía a Lupito, decidí integrarlo a las actividades de los colectivos, y a partir de ese momento nos dimos cuenta que le llamaba la atención a las personas y es una forma disruptiva de apropiarnos del espacio público y de que también los animalitos estén con nosotros, que estas luchas de justicia social puedan ser más pedagógicas para las personas”, comentó su dueño.
En Puebla, los crímenes de odio, la violencia de género, la desaparición forzada de personas y el rechazo al aborto son algunos de los tantos problemas que aquejan a la sociedad; y en ellos Lupito hace presencia a favor de los derechos humanos y de sus colegas, los animales.
Lupito lleva una vida sin complejos, es decir, muy liviana y está consentido. Duerme casi 16 horas al día, come zanahorias y le gusta que le rasquen la pancita. Tiene un peso de 30 kilos y pasea en un carrito.
“Es como un niño de tres años que necesita muchos apapachos, una dieta muy balanceada a base de frutas y verduras, no come carne ni pan. Es muy chillón, porque los cerdos son muy chillones, le gusta estar en su carrito, le gusta estar paseando”, comentó Joaquín.
Este cerdito es toda una celebridad que extiende la pezuña, pues además, es promotor de otros asuntos. Tiene un buzón para que se reporte la desaparición de una persona, así como un cine itinerante que puede ser solicitado para llevar el séptimo arte a las comunidades apartadas de la ciudad. Si se desea conocer más de sus aportaciones a la sociedad, se puede pedir informes en su cuenta oficial lupito_elcerdito, ya que se busca que la sociedad voltee la mirada a las acciones de los colectivos.
CHM