Mujer sobreviviente a la meningitis celebrará su primer Día de las Madres en Durango

Para Evelyn no hay más bendiciones que estar viva y regresar a la realidad superando ese pasaje complicado de la hospitalización.

Evelyn aún acude a terapia tras los estragos de estar tanto tiempo hospitalizada. (Especial)
Gilberto Lastra
Durango, Durango /

Evelyn Arrieta sobrevivió a la meningitis micótica y este será su primer Día de la Madre junto a su bebé y su otra pequeña hija. Para ella no hay más que bendiciones en su vida, y aunque todavía padece estrés que trata por medio de terapias, para ella es regresar a la realidad superando ese pasaje complicado de la hospitalización y estar bien tras la incertidumbre.

Sin embargo, pide justicia para las víctimas y que se conozcan los avances en las investigaciones, pues desean saber qué es lo que pasará con el proceso legal, porque hay mujeres que siguen con secuelas que serán permanentes.

Para Evely, ha sido paulatino el regresar a la normalidad, pues ahora ya no asiste al hospital por la meningitis, va a terapia para salir del estrés generado por el tiempo que pasó en cama.

“Me siento muy bendecida. Al día de hoy le puedo decir que me siento bien. No pasó lo que yo imaginaba que iba a pasar, y estoy muy agradecida y muy bendecida por estar aquí. Muy bendecida en todos los aspectos: me siento bien, Estoy retomando mi vida, como era antes. Igual y todavía voy al hospital tres veces por semana, no por lo de meningitis, me dan rehabilitación y cosas así a causa de estar tanto tiempo hospitalizada”.

También dijo que otras amigas que pasaron por lo mismo, han mejorado enormemente, y están igual de contentas que ella.

“Todavía me comunico con varias. Están en ambulatorio y me toca a veces topármelas en el hospital. Yo dentro de todo veo a algunas que están bien y contentas de tener esta oportunidad de vida”.

Aunque reconoce cierta tristeza por quienes no están, con quien ya no convivirá más.

“Las veo y me digo, si no me hubiera tocado, si me da nostalgia por las que desgraciadamente ya no les tocó convivir con ellas. Es un amor inexplicable, mucho agradecimiento con dios, con los doctores, con los que me ayudaron a estar de pie”.

Recuerda que la persona de limpieza todos los días llegaba con música “bajita” y siempre le daba ánimos.

aarp


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