María Guadalupe Vaquera Villanueva es una enfermera jubilada que abandonó su retiro de los hospitales para brindar apoyo en medio de la pandemia por coronavirus, que azota al país y a Torreón.
Con 38 años de experiencia, la mayoría de ellos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), decidió atender el llamado que hace más de un mes le hicieron en la Clínica 18 en Torreón, segunda ciudad con más contagios en el estado de Coahuila.
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“Recibí el llamado de la directora que me dijo que si no me gustaría apoyarla. Ni dudé y después le pregunté que si le convengo porque ya iba cumplir 60 años, pero le dije que si creía que sí, que contara conmigo”, dice.
Explica que su labor en las últimas semanas ha sido alentar al personal médico de esa Clínica Covid que durante las primeras semanas de la pandemia experimentó todo tipo de emociones que van desde el miedo hasta el enojo.
“Ahorita siento que ya estamos en la aceptación para aprender técnicas nuevas que demanda esta enfermedad emergente. Nos sentimos con miedo a la reacción de los usuarios, el personal del IMSS nunca ha sido muy querido y no es que la población no nos acepte, sino que es la institución con mayor número de derechohabientes y obviamente no estamos acostumbrados a resaltar o agradecer lo bueno, sino lo malo”.
Cuenta que al principio muchos compañeros le expresaron su sorpresa al verla de vuelta en medio de esta emergencia sanitaria.
“Al principio mucha gente me preguntaba qué estaba haciendo aquí y yo les respondí que los puestos son de la institución y aquí se quedan, pero ahorita estoy como voluntaria y ser enfermera no me lo va quitar nadie”.
Vaquera Villanueva es madre y sabe que no es nueva la dificultad de compaginar ambas labores, sin embargo, es un compromiso al que acceden desde que estudian esa profesión.
“No fue fácil, pero te debe gustar y tener claro lo que quieres. He sido madre soltera desde el inicio y siempre le enseñé a mi hijo que somos una familia completa, aunque de un modelo diferente al que está acostumbrada la gente”.
Recuerda que una de las etapas más difíciles fue cuando su hijo era un bebé y al mismo tiempo laboraba en hospital y cursaba una especialidad en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
“Me inscribí en la especialidad de los Servicios de Salud y mi mamá nada más podía cuidarlo cuando yo trabajaba. Tuve que terminar los últimos cuatro meses con él en la escuela y en ese tiempo me apoyaron las compañeras”.
Vaquera Villanueva considera que su hijo siempre fue muy solidario pese a las ausencias que por su profesión tuvo e incluso la apoyó cuando hizo una licenciatura en línea en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Siempre he pensado que ha sido muy solidario, pues cuando hice la licenciatura en línea me enseñó computación y nos poníamos juntos hacer tareas. Pasó muchas navidades sin mí y nunca me protestó, aunque sí tengo una carta donde me decía lo que le dolía”.
La enfermera asegura que la situación por la pandemia del Covid-19 no tiene precedentes, pues en su experiencia lo más cercano fue el brote de la influenza AH1N1 pero en su momento había medicamentos probados para su combate.
Sin embargo, considera que si hay que comparar la labor del personal de salud se puede citar la obra de Florence Nightingale, considerada la madre de la enfermería moderna, durante la Guerra de Crimea.
“Aquí todos estamos y conocemos perfectamente la situación del sistema de salud. Sí se pueden tener las medidas de precaución adecuadas y es cuestión de quitarse el miedo, tener la concepción de que eres enfermera y estás preparada para esto”.
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