Las Dunas del Valle de Acatita, acumulación de arena fina color claro de más de 15 kilómetros de extensión, al norte del municipio de Francisco I. Madero, Coahuila, reflejan un auténtico tesoro que emergió de las profundidades de lo que un día fue parte del océano.
El resultado del movimiento de la tierra al paso del tiempo, en la actualidad deja ver los vestigios de hace más de 70 millones de años en lo que fue el Mar de Tetis, inmensidad de agua que alcanzaba los terrenos del actual Nuevo León, Chihuahua y Coahuila.
Auténticas montañas de arena perlada rodeada de un terreno donde, a simple vista, en su suelo se aprecian conchas de caracoles, conchas de mar y restos de la llamada concha nácar, utilizada en cosméticos, todo un reflejo de un océano extinto convertido en un desierto lleno de vida.
Un sitio que por las noches refleja otro paisaje, silencio llano con las estrellas como luces vigilantes y la luna llena como invitada a la velada, aunque no faltan noches con una oscuridad casi absoluta.
Caminar sobre estas arenas con pies descalzos causa una sensación agradable, por la finura de sus granos y un notable cambio de temperatura de templado, a fresco y deja huellas en suaves montañas formadas por el viento.
DUNAS ÚNICAS
Adrián de la Rosa Godoy, titular de la dirección de Turismo de Francisco I. Madero, asegura que esta zona es apta para visitar, además es poco conocida por los laguneros.
“La idea del Ayuntamiento es promover el turismo y que se declare como un destino turístico, además de que sea tomada como un área natural protegida y un ejemplo de todo Coahuila, de lo que hacemos aquí en Madero”, detalló.
La arena de estas dunas es llamada arena sílica, ya que está conformada por silicio (sílice), aluminio y calcio, mismo material usado en la industria para la fabricación de vidrios templados y pantallas de televisión. Su consistencia es extrafina.
“Las dunas de Acatita de 15 kilómetros, por 5 de ancho, son únicas y muy diferentes a las de Samalayuca Chihuahua, a las de Cuatrociénegas o hasta las Dunas de Bilbao en Coahuila, es una arena rica en sílice calcio y Aluminio”, dijo de la Rosa Godoy, quien tiene años como guía a lo que para él, es un santuario, una mina al aire libre, un tesoro que emergió del mar.
Rodeado por la Sierra de Tlahualilo y la Sierra de los Remedios, el llamado Valle de Acatita tiene 120 mil hectáreas donde convergen cinco pequeñas comunidades con menos de 20 familias cada una: Charcos de Risa, Tres Manantiales, Felipe Ángeles, Lindavista y ejido Aguanaval, cada uno preserva los arenosos territorios a su modo.
CASI EN LA LAGUNA...
Un paraíso ubicado a dos horas de la ciudad de Torreón, por la carretera, hacia la cabecera municipal de Fco. I. Madero. Se toma la carretera estatal 86 rumbo al norte y luego la carretera 91 rumbo a la comunidad de Lagunas del Rey, municipio de Ocampo, se llega a la comunidad de Río Aguanaval para recorrer dos kilómetros hacia las dunas.
TURISMO DE NATURALEZA
El encargado de Turismo municipal aseguró que en este sector del municipio coahuilense, se pueden disfrutar de atractivos, principalmente visuales, con el colorido paisaje que asemeja a los desiertos africanos, asimismo, detalla que sobre estos mágicos terrenos son aptos para practicar el rapel, paracaidismo, escalada de montaña, senderismo, sandboarding, espeleología en las cuevas, aprender de su arqueología, sus plantas medicinales, además de acampar en las blancas arenas de las Dunas del valle de Acatita sin costo alguno.
En ese contexto, ya hubo acciones para detonar el turismo en este sector cuando fungieron como punto del recorrido del rally Coahuila 1000, Canaco Adventure, en una cobertura internacional que mostró la belleza natural escondida entre un par de sierras, una de ellas, vecina de la Zona del Silencio, la Sierra de Tlahualilo.
A los grupos interesados en conocer el área, pueden dirigirse a la Dirección de Turismo de Francisco I. Madero, en un recorrido completamente gratis y con vigilancia policiaca permanente cerca de la zona.
UN TESORO ARQUEOLÓGICO
En esta zona vigilada por grandes cerros que hace parecer una gran laguna seca, los habitantes han encontrado variedad de fósiles donde predomina la forma de conchas y caracoles de diferentes tamaños, además vestigios de antepasados que habitaron estas tierras hace cientos de años, en cuevas donde dejaron objetos y pinturas rupestres.
Piedras fósiles con figuras de conchas de mar, flores y moluscos en forma de caracol gigante, chuzos (puntas de piedra talladas), huesos, cráneos, artículos como huaraches y roscas de hojas para cargar cosas en la cabeza, son solo algunas de las cosas que se encuentran este valle.
El Valle de Acatita era habitado por miles de indígenas Xiximes, Acaxees, Tobosos, Mezcaleros, Apaches y Chichimecas, de los cuales se dice, fueron exterminados con la llegada de los españoles, sin embargo, el hallazgo de sus vestigios reviven su cultura.
En la comunidad de General Felipe Ángeles, existe un pequeño museo paleontológico que muestra lo que una familia ha recolectado al paso de los años en su andar por dichos terrenos donde prevalece la candelilla y el orégano.
“Nos dedicamos a la recolección de candelilla, orégano y otras plantas en la sierra, donde encontramos muchos chuzos, descubrimos cuevas, escarbamos y encontramos fósiles y flechas. En el museo tenemos esos objetos y otros como mecates, huesos, cuchillos, huaraches de lechuguilla y muchos objetos dejados por los antepasados”, compartió el señor José, quien creó el pequeño museo y además es el líder ejidal.
La contraparte muestra un recinto poco visitado y sin las instalaciones adecuadas, incluso parte del material paleontológico está resguardado en la casa de la familia, por lo que buscan apoyo del gobierno para la creación de un museo visitable.
“Donde está el museo actualmente está en malas condiciones, todo se gotea, y aunque el ayuntamiento nos prometió block, varillas y todo el material para hacerlo y poder exhibir el tesoro que tenemos, pero así como está no lo podemos exhibir”, compartió.
La búsqueda de tesoros prehistóricos se ha pasado de generación en generación en el Valle de Acatita, donde además de dedicarse a la recolección de la planta candelilla utilizada para la extracción de cera para cosméticos, así como la temporada de orégano que se recolecta en meses de lluvias como agosto y septiembre.