La tradición de la rosca de reyes, proporciona una de las mejores ventas dentro de la industria panificadora en México.
Sin embargo, para la familia Ávila, una de las de más arraigo dentro de este sector en la Comarca Lagunera, esto es motivo para que los niños de la familia, participen en el decorado de los cientos de roscas para cada una de las sucursales que tienen.
Verónica Ávila Sánchez, encargada de la panadería La Perla de La Laguna, ha sus 25 años participó en esta tradición, la que transmite a su pequeño que apenas supera el año de edad.
Contó que los niños decoran las roscas de reyes, como una tradición desde hace 20 años.
Al ser una empresa familiar, resulta ser la época favorita de todos sus miembros, ya que se reúnen para decorar este tradicional pan mexicano.
“De hecho a mi me pasó una historia muy bonita, que desde hace dos años a mi me salía mucho el niño de la rosca, luego me embaracé de mi bebé y ahora me echan carrilla, de que eso fue por el niño de la rosca y ahora mi pequeño aquí me acompaña a decorar las roscas”, señaló.
Dijo que esta actividad le representa la unión familiar, donde se convive de manera agradable ya que aseguró, es muy esperada por todos, pues al o largo del año, primos, sobrinos, no tienen oportunidad de verse y es en estas fechas, cuando se aprovecha para retomar las relaciones y la comunicación.
“Desde chiquitos nos inculcaron que teníamos que estar conviviendo por lo menos durante la elaboración de las roscas”, haciendo incluso desde el armado de las cajas, una actividad en la que pasan momentos divertidos.
Ahora acompañando a sus propios hijos, ven con nostalgia el proceso del decorado donde utiliza el azúcar glass, la biznaga, la nuez, la fruta y la mermelada.
Explicó que para estas fechas, todos piden vacaciones en sus trabajos, para poder dar continuidad a la tradición.
“Sabemos que tenemos que cumplir con esta costumbre familiar”.
Sólo en la sucursal ubicada en la avenida Juárez de Torreón participan en el decorado de las roscas de reyes, alrededor de diez personas, de las cuales cinco son niños.
Esta tradición se sigue transmitiendo de generación en generación en todas las panaderías pertenecientes al grupo Ávila Aguilera.