Don Félix, un abuelo de 78 años vive solo en la colonia Cerro de la Cruz en Gómez Palacio, y se mantiene de la venta de dulces que lleva a cabo diariamente. Él es un ejemplo de cómo el trabajo para una persona de la tercera edad, por cualquiera actividad que sea, se vuelve un aliciente en esta etapa de la vida.
Es originario de Ciudad Juárez, Durango, sin embargo se mudó a Torreón hace varios años debido a que su esposa se enfermó de diabetes y en este sector tenía más facilidades para brindarle atención médica, pero hace doce años su pareja falleció y ahora tiene que valerse por sí mismo.
Su recorrido empieza a las 9:00 de la mañana cuando sale de su casa con su caja cargada de diferentes tipos de dulces, cacahuates y otras 'chucherías' más, empieza en la iglesia del Divino Niño ubicada en el fraccionamiento Santa Rosa de Gómez Palacio, de ahí emprende su recorrido hasta el bulevar Ejército Mexicano y ahí continúa caminando ofreciendo a todos los empleados de los negocios instalados en este importante bulevar hasta llegar al Centro Trailero, como alrededor de la 1:00 de la tarde.
En la venta dice que le va bien pues por día obtiene entre 400 a 500 pesos, y eso le alcanza para dar las tres comidas del día, para abastecer su caja de dulces y nuevamente salir al siguiente día.
Pese a su edad, y sus débiles piernas, no deja de levantarse temprano y hacer sus largas caminatas, para continuar con sus ventas porque de lo contrario, no tendría para comer, pues no tiene nadie quien le ayude a su sostenimiento.
Dice que en su recorrido se topa con buenas personas que le compran; empleados de talleres, de pequeños negocios de la venta de comida preparada como las señoras de los puestos de gorditas, de almacenes, empresas e inclusive menciona a los elementos de la Estación de Bomberos que se encuentra en este bulevar, quienes al verlo pasar no dudan en hablarle para llevarse algo que les calme el hambre de momento.
En su tiempo de juventud, tuvo varios empleos, como en los establos ganaderos así como en la explotación de la marmolina, y aunque está pensionado señala que este dinero no le alcanza.
“Hay gente muy buena y el día que no vengo me siento mal”
Si bien conocidos de Don Félix, le dice que con su pensión “la hace”, menciona que él tiene que trabajar para “andar bien”, pues las caminatas aunque son largas, le hacen sentirse mejor.
A la gente de su edad les dice “que no sean flojos”, y a todos aquellos que piden ayuda porque sienten que ya no pueden, señala que “hay mucho que hacer” aún a esa edad, púes pueden recoger y juntar botellas o cartón. “Si yo no tuviera esto, (la caja de dulces), podría juntar botellas”.
aarp