¿Hasta dónde puede llegar un comprador compulsivo?

Buen Fin

Para un especialista en psicología, el comprador compulsivo genera un trastorno de ansiedad e inestabilidad emocional.

Humberto Guajardo explica que el 90% de los comercios no ofrecen descuentos en Buen Fin. (Rolberto Alanis)
Armando Moreno
Torreón, Coahuila /

Vanesa de 32 años, que gusta de obtener lo mejor, al precio y costo que sea, es la segunda de tres hermanos y sobresale de entre ellos, pues "le gusta el glamour y sabe distinguir lo bueno, la calidad y lo genuino", no obstante, su posición económica es media alta y posee más allá de lo básico, un carro de modelo reciente, vestimenta, calzado y accesorios de calidad, así como tecnología de moda.

Fue instruida con valores de moralidad, educada en buenas escuelas y sus padres le ofrecieron lo que tenían alcance. Es la única mujer de la familia. Mantiene prudencia y estabilidad emocional, asegura que no está por encima de los demás, y sí le teme al fracaso o un cambio radical en su vida.

Se describe como una mujer bonita, sencilla, sin arrogancia, fácil de entendimiento y sin problemas. Es soltera y por el momento no le interesa sostener una relación sentimental, como la mantuvo hace dos años. Es dueña de un negocio familiar.

COMPRADORA COMPULSIVA

Reconoce que tiene un grave problema, pues es una compradora compulsiva, trastorno que le ha generado demasiados percances, tanto económicos, como familiares.

“Desde niña sentía esa emoción de acudir a la tienda departamental, cuando mis papás me llevaban a comprar la muñeca que más me gustaba”, recuerda con añoranza.
“Yo quería llevarme toda la tienda a mi casa, quería ropa, calzado, accesorios, juguetes, muebles para mi cuarto”.

Para Vanesa, satisfacer esa necesidad o deseo, la hace sentirse plena y sobre todo materializar lo que nunca tuviste en su momento.

¿QUÉ PASARÍA SI EN ALGÚN MOMENTO NO TUVIERAS RECURSOS PARA ADQUIRIR TUS COMPRAS?

!Me muero! La verdad no sé, pero qué horror sentir eso. Estoy tan acostumbrada a comprar lo que yo deseo y nadie me ha quitado ese gusto. No me consideró necia y esto que siento es por el placer de comprar, no lo puedo evitar.

¿HA AFECTADO TU ECONOMÍA?

Sí me ha afectado. Una vez sobre pase más del 60% mi presupuesto por algunas compras que realice en Estados Unidos y después ya no hallaba como pagar.

¿QUÉ MEDIDA DE EMERGENCIA USASTE PARA AFRONTAR ESA DEUDA?

Tuve que ofertar un carro que había comprado a buen precio y así pagar las tarjetas de crédito que utilicé para realizar las compras. No me arrepiento, ya que me sentí plena al comprar en unas de las tiendas más prestigiadas en Los Angeles, California. No cualquiera compra ahí.

¿RECONOCE QUE PODRÍA PRESENTAR UN TRANSTORNO EMOCIONAL?

La verdad no sé si presento un trastorno emocional, lo que sé es que me gusta comprar y creo que seguiré comprando mientras puede adquirirlo.

¿Y EL DÍA QUE YA NO PUEDA?

Pues ya veremos. Mire, lo que he comprado siempre lo que he pagado. Genero recursos económicos a través de un negocio que tengo, claro con sus altas y bajas. Lo que me ayuda a mí, es que no tengo un compromiso de vida, es decir, no estoy casada y no tengo a quien rendirle cuentas y todo lo que generó es para mí.

¿CÓMO SE VISUALIZA DENTRO DE 10 O 20 AÑOS?

Espero que igual. Sé que la vida tiene variantes y muy extremas. No puedo visualizar mi vida durante ese tiempo, porque no sé qué episodios vaya a afrontar. Lo que sí visualizó es que a mis 32 años, he comprado lo que he querido aquí en México y en Estados Unidos.

¿QUÉ ES LO QUE MÁS LE GUSTA COMPRAR?

Me gusta comprar ropa de moda y tecnología.

¿COMPITE CON SUS FAMILIARES O AMISTADES?

No compito. No me interesa, ni tomo referencia quién posee el mejor celular o quién trae la mejor ropa, a mí lo que importa es sentirme bien con lo que compro.

“Vanesa” aseguró que ha tenido problemas con sus hermanos, quienes tratan de inhibir lo que ella compra y añadió que nunca les ha pedido dinero para adquirir lo que desee.

TRANSTORNO DE ANSIEDAD Y EMOICONAL: PSICÓLOGO

Para Humberto Guajardo, especialista en psicología, el comprador compulsivo, genera un trastorno de ansiedad e inestabilidad emocional, en el que el afectado compra para satisfacer su placer, deseo y empoderar su personalidad.

Este tipo de personas requieren un proceso terapéutico y trabajar arduamente la reconstrucción de su autoestima, ya que esta la sostiene en lo que adquiere, es decir, si no adquiero no soy.

“Es importante concentrarse en el trabajo del concepto de la autoestima y establecer el conocimiento de sí mismo, así como el autocontrol, lo que detona una autoestima estable y con fundamento de causa”, aseveró Guajardo.

Explicó que esta condición conlleva a tomar mejores decisiones de compra, en la que podría razonar y determinar si le es útil o no. Este trastorno genera un vació en el espíritu, pérdida de valores, de moralidad, que trae como consecuencia confrontaciones en la familia y en el círculo en el que se desenvuelve.

“En el valor de la persona, no lo toma en el ser, sino en el tener”, añadió que podría confrontar un problema de espiritualidad.

UN DETONANTE

Dentro del seno familiar, Guajardo expuso que el comprador compulsivo, puede romper relación sentimental o de hermandad, con los miembros de la familia, ya que el comportamiento incontrolable de adquirir un artículo, al costo que sea, es detonante para confrontación, reclamo y violencia doméstica, incluso, pueden parar en la cárcel, ya que en ocasiones, estos afectados solicitan entre los amigos y la familia, que respalden alguna compra, a través de un aval.

“Lo más complicado es que la familia, en cierta forma, no sabe manejar este trastorno, cuando se le presenta a uno de los miembros y en ocasiones toma medidas muy drásticas, tales como bloquearle los recursos para obtener el objeto o artículo y creen que con esta medida mejorará”, dijo.

Explicó que una persona de comportamientos de compras compulsivas, adquiere artículos sin necesidad, no tiene un rango de gusto definido y se le puede considerar con un problema de neurosis.

COMPRADORES REACTIVOS

Enfatizó que existen compradores reactivos y son aquellos que al comprar a través de ofertas o plazos largos, piensan que obtendrán algún beneficio en la adquisición. El comprador reactivo no tiene ese trastorno de comprar por comprar, sino basa su compra en lo que percibe a través de promociones y determina si le conviene o no.

“También se manifiestan los compradores ocasionales analíticos, que comúnmente, son los que revisan los precios y los comparan con las ofertas que ofrecen y difícilmente compran por comprar”, subrayó.

BUEN FIN

Detalló que el 90% del programa del “Buen Fin”, no ofrece descuentos, ofrece largos plazos con pagos flexibles y que en muchas ocasiones los compradores suelen aceptar estas condiciones comerciales.

Comentó que los compradores reactivos, son muy analíticos al realizar alguna compra, ya que razona “lo quiero o lo necesito”. Con respecto a las tarjetas de crédito, analizó “se compra lo que queremos y luego no tenemos para lo que necesitamos” y es una situación grave debido a que no se suple un imprevisto de urgencia.

Lo cierto es que es que el comprador compulsivo no establece su autoestima, por lo que frecuentemente se mantiene en una competencia en las personas que lo rodean, a tal grado que rebase su capacidad de compra y termina en déficit que lo lleva a caer depresiones y malestares físicos.