La maternidad y el activismo van de la mano de manera histórica. En Coahuila y La Laguna no es la excepción por la cantidad de colectivos y organizaciones encabezadas por madres que buscan a sus hijos, exigen justicia por sus hijas asesinadas o bien por los derechos de sus compañeras.
La vocera de la Red de Mujeres de La Laguna, Adriana Romo Salado destaca que el activismo feminista ha ido ligado del rol de maternidad desde hace décadas, e incluso movimientos como el voto femenino lo reflejan.
“Algo que decían las sufragistas era que las mujeres deberían tener derecho al voto para elegir a quien hiciera las leyes, pues la balanza se inclinaba mucho a los padres biológicos”.
Puntualizó que el impulso de guarderías, incapacidades médicas y poder amamantar a sus hijos en sitios de trabajo también representan un logro derivado del rol maternal. Sin embargo, refirió que en la actualidad hay una resignificación de la maternidad porque la mujer tiene más elementos para decidir sobre adoptarla o no.
“Ahorita las mamás jóvenes saben y sienten que no son perfectas, se comenten errores y tienen la ventaja de elegir si se quiere tener hijos, cuántos y a qué edad”.
Madres son quienes detectan las necesidades
A pesar de eso, menciona que los liderazgos o estructuras sociales tienen a la cabeza mujeres y madres de familia por el rol que todavía desempeñan a cargo de los hogares.
“Son quienes detectan las necesidades, conocen a las vecinas, interactúan y más en espacios delimitados como colonias donde no es fácil el traslado a otros espacios. La vida social de las mujeres hace que funcionen los servicios, la economía y las redes de apoyo”.
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Recordó que en el plano nacional mucho del activismo por lo ocurrido por el siniestro en la Guardería 'ABC' de Sonora, fue encabezado por madres, así como la labor de figuras como Rosario Ibarra, como una de las primeras buscadoras de desaparecidos en el país.
“En el plano local tenemos casos como lo ocurrido con los niños con plomo y donde las madres fueron las principales impulsoras del movimiento por la contaminación”.
Abuelas que buscan justicia
Romo Salado remarca también la labor de abuelas que menores de huérfanos de feminicidio realizan para buscar justicia para sus hijas y que dieron forma a colectivos como Madres Poderosas de La Laguna, además de las agrupaciones de madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidos.
Sobre este último punto, Erika Soto, socióloga y coautora del libro “Las buscadoras. La lucha de las mujeres laguneras por la verdad, la justicia y la memoria de los desaparecidos”, explica parte de la transformación del rol maternal al tomar el control del activismo por los que están ausentes.
“Hay una ruptura con el ser para otros y se da una transformación para volcar todo hacia el ausente con el pensamiento de la búsqueda. Rompen con un montón de preceptos que tienen que ver con el hogar y la maternidad”.
Dice que incluso hay una culpabilidad por la ausencia de los hijos y el descuido que dan a los demás integrantes de la familia por centrarse en la búsqueda.
“Sienten que hay un incumplimiento, no es su responsabilidad pero así lo siente pues al volcarse en la búsqueda dejan de lado hasta las actividades del hogar y hay un descuido de los otros hijos”.
Argumenta que las madres también asumen la labor de buscadoras activas por el vínculo que mantienen con sus hijos y el rol que juegan históricamente como quienes están a cargo del hogar y el cuidado de sus integrantes.
“Tiene que ver con el desarrollo de las actividades y al menos ellas así lo explican. Generalmente las mujeres son las que están a cargo del hogar y la crianza. Otra de las explicaciones tiene que ver con los afectos y la relación que generan con sus hijos o el amor como ellas lo dicen”.
Considera necesaria mayor conciencia de la sociedad sobre la problemática de la desaparición y acompañar a las familias que integran estos esfuerzos.
“Los desaparecidos nos faltan a todos y la reflexión que podríamos hacer en estas fechas es que debemos mostrar nuestra solidaridad para quienes están luchando en contra de la falta de justicia”.
Reitera la necesidad de hacer un ejercicio de memoria y no perder el enfoque en lo que representa una ausencia así, además de que las cifras ya son por demás escandalosas.
Labor de buscadora y madre
Desde hace casi 14 años, Lucy López Castruita busca a su hija Irma Claribel y su rol como madre cambió de forma radical.
“Es una labor muy complicada porque tienes que separar tus tiempos y a veces cuando no puedes seguir a tu otro hijo te vas con el corazón roto y no sabes qué es de él. Una vez que fui a una búsqueda a Guadalajara entraron a la casa y lo golpearon”, refirió la también representante del colectivo 'Voz que Clama Justicia por Personas Desaparecidas'.
Dijo que aunque por momentos ha pensado en dejar las búsquedas no lo hace, pues sabe que nadie más si no ella tratará de encontrar a Irma Claribel.
“Hay mucha necesidad de búsqueda de personas y no toda la gente le quiere entrar a esto. Nadie lo entiende mejor que nosotras mismas y hay quienes no han vivido el dolor tan de cerca. Los hijos salieron de nuestras entrañas”.
Para ella y las integrantes de otros colectivos el 10 de mayo no es una fecha para celebrar, sino de luchar y pide a la comunidad apoyar la causa para que las desapariciones no alcancen a nadie más.
“Necesitamos más empatía y solidaridad de la gente. Como yo les digo este día no es de fiesta y no les pedimos que se pongan en nuestros zapatos, pero sí que nos tengan paciencia y nos den nuestro tiempo”.
aarp