La frontera sur de Chiapas, la de México con Guatemala, sigue siendo escenario de la migración indocumentada que ingresa al país fácilmente.
Migrantes de países centroamericanos, cubanos, haitianos, venezolanos y colombianos siguen entrando por esta zona limítrofe para llegar a Tapachula, buscan tramitar la situación de asilo ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), o regularizar su estancia ante el Instituto Nacional de Migración (INAMI), solicitar un permiso de tránsito y movilidad por el país para poder llegar a la frontera a la frontera norte del país, y buscar ingresar a Estados Unidos.
El río Suchiate, que divide a México y Guatemala, sigue sin vigilancia alguna.
Las personas entran y salen de ambos países sin control alguno, es el paso de migrantes de este continente, pero también desde mediados del año pasado, se fue haciendo visible migrantes en grupos familiares de países como Kazajistán, Uzbekistán, India, Bangladesh y de países africanos.
Pero este año, en la primera semana de enero, la migración de chinos se incrementó.
Los asiáticos están arribando masivamente a territorio mexicano, y en el sur de Chiapas donde están asentándose mientras resuelven su situación migratoria.
Los migrantes chinos son más ordenados y buscan las instancias legales para obtener una regularización migratoria en el país.
A diferencia de migrantes centroamericanos, sudamericanos, cubanos, haitianos o africanos, al igual que los uzbekos o de Kazajistán, los chinos no son tan vistos en vía pública o parques o aéreas verdes de la ciudad, muestran tener poder adquisitivo, rentan en departamentos, casas u hoteles de la ciudad.
Algunos de esto migrantes chinos dicen hablar poco inglés, dicen tener una gran barrera de entendimiento y eso hace que traten de pasar desapercibidos, no buscan ser vistos, pero al salir a la calle inevitablemente llaman la atención.
Xia Wang, campesino de 23 años, originario de la provincia de Jiangxi, accedió a una rápida entrevista con el equipo de MILENIO en Tapachula.
Wang señaló que, en su país, el gobierno está endureciendo las políticas y medidas sanitarias contra el covid-19.
"Ya no hay negocio, ya no hay ventas, ya no hay circulación de moneda, estamos mal, no veo futuro y por eso decidimos salir con mi hermano y tres amigos más, yo no tengo esposa, pero mi hermano y dos amigos más sí, dejaron hijo y mujer, ellos allá solos, con deudas, pero esperamos pronto llegar a Estados Unidos, y empezar desde abajo, espera mi hermano y amigos después mandarlos a traer", señaló.
La presencia de estos migrantes chinos también se acompaña de ciudadanos de India y Bangladesh, quienes también buscan su legal estancia en México y así poder transitar libremente por territorio nacional y poder llegar la frontera con Estados Unidos y de ahí intentar ingresar al país norteamericano.
En lo que va de este año se estima que hay unos 10 mil migrantes de diversas nacionalidades varados en Tapachula, se han manifestado en diversas ocasiones afuera de las oficinas de migración y de la COMAR en busca de una rápida respuesta.
Pero el proceso ha sido lento, por falta de atención debido al poco personal de las oficinas de dichas instancias.
"Nosotros no queremos estar en México, para nosotros Estados Unidos es nuestro destino final, que nos dejen pasar, que ya no nos traigan de un lugar a otro, o de un día a otro, que nos dejen pasar", señaló Zaida Ovilla, migrante cubana que agregó, "ya somos muchos cada día, ahora hasta chinos y de áfrica y de otros lugares más lejos, pero a ellos les dan trato especial, no sé si porque traen dinero o vienen de muy lejos, pero queremos trato igual para todos", finalizó.
MO