Invadidos por el temor, propios migrantes se deportan desde EU: activista

Afirma que hay desesperación y desánimo entre los indocumentados; pide al gobierno de Tamaulipas no permitir campamentos

El gobernador texano Greg Abbott considera que los migrantes "invaden" a EU | Reuters
Cristina Gómez
Tampico /

Ante la cuenta regresiva para que Donald Trump asuma la Presidencia de los Estados Unidos, el temor a una expulsión masiva invade a los indocumentados en aquel país y algunos ya se han empezado a auto deportar, afirma la activista migrante Glady Cañas Aguilar.

“Su mensaje pega mucho en el ánimo de los migrantes, hemos visto cómo se están auto deportando, cómo se están desesperando, cómo quieren cruzar el río, cómo están cancelando citas”, señala la presidenta de la fundación “Ayudándoles a Triunfar”, Capítulo Tamaulipas, con sede en Matamoros.

Sostiene que nunca una política migratoria debe basarse en el odio, la xenofobia y la discriminación, por lo que su agrupación oró para que quien llegara a la Presidencia de los Estados Unidos respetara los derechos humanos de los migrantes.

“Nosotros desde mucho antes estábamos haciendo oración para que las cosas se dieran de otra manera, pero bueno, ya está aquí, y hemos visto el discurso incendiario del presidente electo y provoca sentimientos de amenaza y de humillación entre los migrantes”.

La fundación emprenderá la campaña “Arropa un Migrante” para donarles ropa, medicinas y calzado, pues nunca vienen preparados para el invierno y enferman de las vías respiratorias o sufren hipotermia.

La asociación creada en 2011, brinda servicio médico de lunes a viernes de 9 a 17 horas en sus oficinas ubicadas cerca del puente internacional Puerta México, pero principalmente les piden asesoría en la aplicación CBP One, que genera citas para tramitar asilo político y que se prevé dejará de funcionar en la administración de Trump.

“También les donamos artículos de aseo personal y vamos a hacer una campaña de sensibilización para que la población sepa de qué se trata la llegada de esa gente a la ciudad y conozca su historia, la causa por la que tienen necesidad de migrar”.

“Ayudándoles a Triunfar” reza para que haya buenos gobernantes, pues hasta ahora, asegura, se han mostrado ajenos al sufrimiento de hombres, mujeres y niños que solo anhelan un futuro mejor y se les olvida que son seres humanos.

Preocupa que la ‘Caravana madre’ incremente la afluencia de migración en la región. (Milenio Digital)
“Nos pega también en el ánimo a los activistas, nosotros interactuamos directamente con esa cara de la migración porque nuestro trabajo es de campo y todos los días escuchamos sus relatos, el porqué salen de su casa, qué pasa en su recorrido por siete países y cómo los van revictimizando”.

México, agrega, también contribuye en la discriminación, abusos, extorsiones, cobros indebidos e incluso acciones que ponen en peligro la vida de los migrantes, llegando en ocasiones a perderla.

“Es un viacrucis muy difícil para las personas que salen de su país en busca de una vida mejor; son resilientes, se caen y se vuelven a levantar a pesar del dolor, tenemos ese termómetro porque lo vivimos con sus relatos”.

Cañas Aguilar subraya que en Matamoros existen tres albergues con una capacidad total para aproximadamente 2 mil personas, pero de darse la deportación masiva, se prevé abrir tres más, entre ellos el centro de convenciones Mundo Nuevo.

La fundación ya ha tenido reuniones con la Secretaría de Salud de Tamaulipas, la única que se ha mostrado hasta ahora interesada en hacer sinergia con los organismos no gubernamentales, para implementar acciones en conjunto.

“No sabemos qué está haciendo el gobierno municipal, no nos invitan, no conocemos sus proyectos, estamos muy desarticulados, ojalá hubiera esa unidad, nosotros lo hemos dado todo, pero no podemos solas”.

“Ni un campamento más”

Glady Cañas sostiene que no se deben permitir campamentos de migrantes en la ciudad, como el que fue desmantelado hace unas semanas a la orilla del río Bravo, porque estos se convierten en tierra de nadie y se viven cosas atroces.

“No queremos ni uno más, no son condiciones dignas, son historias muy difíciles y tristes de inseguridad, de personas que desaparecieron, que no sabemos de ellas, que se enfermaron, alcoholismo, drogas, no había quien controlara, se tienen que implementar refugios debidamente organizados”.

Aunque en su labor ha recibido hasta amenazas que la han llevado a cerrar oficinas temporalmente, destaca que el amor la seguirá impulsando a brindar ayuda, sentimiento que surge desde que colaboró en el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes.

“Me ha tocado no padecer el miedo sino el terror, nos hemos arriesgado y vivido sentimientos encontrados de querer seguir o ya no, pero nos mueve el amor”, concluye.

SJHN

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