Por segundo día consecutivo, alrededor de 40 migrantes en Juchitán se mantienen en huelga de hambre, demandando la intervención del Instituto Nacional de Migración (INM).
El grupo busca ser escuchado y solicita apoyo con autobuses hacia la Ciudad de México, tal como ocurrió con caravanas anteriores.
La noche de ayer, mujeres y niños migrantes realizaron una caminata por calles cercanas al lugar donde permanecen. Portando cartulinas y coreando “queremos ayuda”, exigieron una respuesta clara de las autoridades migratorias.
Carlos Javier Moreno López, un migrante ecuatoriano, relató a MILENIO que un autobús llegó al sitio donde se encontraban, pero únicamente transportó a quienes contaban con permisos migratorios vigentes.
Sin embargo, aquellos sin la documentación necesaria evitaron que el vehículo partiera con los pasajeros autorizados.
“Ayer, migración nos mandó un bus para la gente que tenía los permisos. La demás gente, que no teníamos los permisos, nos querían dejar botados. Entonces, la gente que no tenemos permisos impedimos que el bus saliera con esas personas”, explicó Moreno López.
El grupo de migrantes señaló que el principal problema radica en que solo una minoría cuenta con permisos migratorios, lo que los llevó a realizar una marcha breve y a continuar con la huelga de hambre como medida de presión hacia las autoridades.
“Con la presión que hicimos, el bus se fue y ya no se fue nadie. Aquí seguimos, la gente con permiso y sin permiso, seguimos varados y en huelga de hambre”, añadió el migrante ecuatoriano.
Tras la reunión diaria que sostiene el grupo, se espera que determinen si continuarán esperando la asistencia de las autoridades o si decidirán avanzar a pie hacia la Ciudad de México, en busca de mejores oportunidades y una respuesta más sólida por parte del INM.
MO