El río Suchiate, ubicado en la frontera sur de México y que divide el territorio con Guatemala, nuevamente se ha convertido en la zona de ingreso para decenas de migrantes que ingresan a Chiapas.
Ante el incremento del flujo, sobre todo de venezolanos, cubanos, ecuatorianos, peruanos y colombianos, así como a la falta de capacidad de atención de personal del Instituto Nacional de Migración (INM), las personas instalaron un campamento a orillas del río Suchiate, mientras esperan ser atendidos por las autoridades para regularizar su ingreso al país.
Cientos de personas instalaron casas de campaña, cocinan al aire libre, se bañan en el río y hacen sus necesidades fisiológicas alrededor de donde acampan hombres, mujeres y niños, lo que puede ser un riesgo para la salud.
Los migrantes señalaron que hay poco personal de migración para atenderlos, pues hay quienes llevan hasta siete días a la espera de una cita para tramitar un permiso de ingreso y tránsito por el país.
También denunciaron que hay quienes, de forma ilegal, les piden entre 70 y 100 dólares a cada uno para ser atendidos rápidamente y trasladarlos a Tapachula en autobuses.
Sin embargo, los migrantes señalaron que muchos de ellos no tienen los recursos, pues llegaron en familias de tres a cinco integrantes y prefieren esperar a ser atendidos conforme a su cita. Además, mencionaron que organismos de derechos humanos les han informado que el trámite es gratuito y no deben caer en actos de corrupción.
La semana pasada, migrantes que estuvieron en espera hasta una semana y no fueron atendidos decidieron salir en tres caravanas desde Ciudad Hidalgo.
Las personas caminaron en grupo 48 kilómetros a Tapachula para tratar de hacer los trámites en oficinas del Instituto Nacional de Migración.
ST