Migrantes agredidos en Torreón siguen varados: "La sociedad son un pan de Dios, no así las autoridades"

La mayor parte de los migrantes reposan a las afueras de las casas sobre las banquetas, con temor de volver a ser agredidos o deportados.

Migrantes varados en Torreón. (Especial)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila /

Más de 500 migrantes con familias completas permanecen sobre una cerrada de la colonia Eduardo Guerra de Torreón, que colinda con las instalaciones de Ferromex, con un temor latente de más agresiones por parte de la policía estatal y de la posible deportación del Instituto Nacional de Migración (INM), cuyas visitas han sido más que hostiles a decir de algunos de los afectados.

La mayor parte de los migrantes reposan a las afueras de las casas sobre las banquetas, los más vulnerables como familias con niños o embarazadas, son recibidos en algunas viviendas para pasar la noche, pero no falta hogar lagunero en el sector que les ofrezca algo de comer o el baño para asearse.


Luego de un día de haber sido agredidos por las autoridades policiacas la noche del pasado lunes, este martes la situación estuvo más tranquila, incluso, se dieron la oportunidad de festejar el primer año de vida de Daniel, pequeño migrante que aún no comprende la situación por la que pasa ni lo que le depara el destino, sin embargo, por lo menos había que festejar algo.

En tanto, hubo momentos donde la situación se puso tensa, uno de ellos cuando minutos después de las 21:00 horas una unidad de la Policía Acción y Reacción se detuvo frente a una vivienda que alojaba aún grupo de migrantes, los cuales al verlos se metieron corriendo a la propiedad ya que se vieron intenciones de abordarlos, cosa que no permitieron los colonos.

"No buscamos perjudicar a México ni que México nos perjudique. Sabemos que estamos de paso en este país y nos atenemos a sus leyes, sólo pedimos que tengan un poco de consideración porque vienen familias enteras y niños pequeños hasta recién nacidos. Lo que es la sociedad civil mexicana son un pan de Dios, no así las autoridades que nos impiden seguir nuestro camino a base de golpes", palabras de Yonier, procedente de Colombia.

Minutos más tarde arribó una unidad con agentes de Migración. En eso, varios niños migrantes que jugaban con otros vecinos pequeños corrieron despavoridos cuando vieron que se bajaban los agentes.

"¡No corran, no corran!" Fue el grito de algunos que buscaban que no se alterarán los demás. "No les demos motivos para que nos persigan de nuevo, de esto es de lo que tenemos miedo".

"Quiero llegar a EU para ayudar a mi tía con cáncer"

"Ya estoy cansada, venimos de pasar toda una selva, yo no migró porque quiero, yo migro por la situación de mi país Venezuela. Quiero llegar los Estados Unidos para ayudar a mi tía que padece cáncer", compartió entre lágrimas la joven Neydi Vargas, de 21 años de edad.


Otra de las acciones que sacó lágrimas de agradecimiento a los migrantes es cuando mismos vecinos se acercaban con comida y utensilios reciclables para que cenaran, al igual que varias bolsas negras llenas de ropa y cobijas.

Respecto al acercamiento de personal de Derechos Humanos, durante la tarde del martes, compartieron que tomaron datos y recolectaron firmas, sin embargo lo que piden es protección y ayuda humanitaria, algo que aseguran, no han recibido en Torreón.

Ahora sólo esperara ya que se calmen las aguas con las autoridades en Torreón para que, poco a poco, se dispersen rumbo a su destino que es alguna región fronteriza, o que por lo menos tengan libre tránsito por México.

aarp


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