Como un calor sofocante e infernal describen los migrantes venezolanos que se está viviendo dentro de las casas de campaña de plásticos que han instalado en el campamento en el bordo del río Bravo en Matamoros, Tamaulipas.
Muchos de ellos tienen que gastar diariamente 150 pesos para comprar botellas y garrafones de agua para mantenerse hidratados, además que tienen que caminar más de 10 cuadras para conseguirlas.
Aunque hay migrantes que han instalado locales de venta, estas no son suficientes, además de que hay quienes venden bebidas tradicionales de Venezuela y tés, así como sabalitos en carritos de helados.
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Hasta el momento son casi 6 mil extranjeros que se encuentran viviendo en carpas y lonas de plásticos, casas de campaña en donde el calor se siente más fuerte, razón por la que han improvisado hamacas con cobertores y sábanas, algunos otros buscan sombras de árboles y de los edificios alrededor.
En el caso de aquellas familias que cuentan con niños menores de edad o bebés de brazos el costo se incrementa, ya que hay que agregar el costo de los pañales y la fórmula, que en muchos de los casos consumen estos pequeños son los que corren el riesgo de deshidratarse por eso se requiere de más agua potable.
Irving Coatl, migrante hondureño que llegó hace dos semanas a esta frontera, refiere que en su caso particular -que viaja solo su manutención varía entre 250 y 400 pesos diarios, destacando que el gasto más fuerte es el son la compra de garrafones de agua y alimento, misma que tiene un costo de 150 pesos diarios.
“En mi caso está barato, pero pues hay que pagar lo que se consume al día. Hay ocasiones que solo alcanza para hacer una comida al día”, señaló. De acuerdo a datos proporcionados por Richard Franco, migrante venezolano que está a la espera de poder cruzar a Estados Unidos, señala que el gasto más fuerte es conseguir donde dormir.
Con información de Ángel Domínguez
SJHN