En el marco del Día de las Madres, la senadora tlaxcalteca Minerva Hernández Ramos envió una felicitación a las jefas de familia de México; además, relató su historia y los retos que enfrentó al ser madre y funcionaria pública al mismo tiempo desde hace 28 años, pero consideró ambos roles como los mejores regalos de su vida.
En entrevista con MILENIO Puebla, la senadora relató que en 1993, mientras fungía como titular del programa estatal de fertilizantes en Tlaxcala, se enteró de su embarazo. La noticia le causó una gran felicidad y se la compartió a su esposo, por lo que ambos esperaban con mucha ilusión a su bebé.
Su etapa de embarazo estuvo también marcada por la presión del trabajo, ya que cargaba fertilizantes y recorría 15 bodegas al interior del estado de Tlaxcala. Al mismo tiempo, estudiaba una maestría con el objetivo de ofrecerle una mejor vida a su hija, a quien con mucho amor esperó desde el primer instante.
A sus 24 años, la legisladora se convirtió en la madre de una bebé. En ese momento, su pequeña se volvió en su inspiración para adentrarse a la política y también fue su motor para seguir todos los días.
“Me haces recordar un momento muy bonito y especial que viene a mi cabeza, el día del nacimiento de mi hija. Fui al cine con mi esposo y después de la función cenamos tacos. Llegamos a casa y comencé a sentir molestia, pensaba que era producto de la cena, pero comenzaron las labores de parto. Me trasladé al hospital a las dos de la mañana el 13 de diciembre de 1993, día en que nació mi hija a las pocas horas”, narró.
Después de dos días, la funcionaria regresó a laborar a su centro de trabajo, pues afirmó que “los deberes llaman”, y ahora tenía un motivo más para despertar cada día: “A los dos días después de mi parto, me presenté al trabajo como si nada. Siempre tuve apoyo de mis jefes, incluso cuando creció mi pequeña me acompañaba a trabajar”, dijo.
Hernández Ramos recordó que en sus primeros años de vida, su hija la acompañaba a la oficina. La pequeña esperaba sentada en su escritorio mientras coloreaba su libro de dibujos o realizaba sus tareas académicas.
“Mi madre también fue un gran apoyo para mí, porque me ayudó mucho con mi niña. Juntas le enseñamos a escribir, a leer, las tablas de multiplicar, tenemos una gran pasión por la naturaleza y por los perros, siempre hemos tenido una mascota y nos encanta compartir cosas”, enfatizó.
Hoy en día, su única hija tiene 28 años, estudió una licenciatura y en próximos meses se graduará tras concluir una maestría: “Puedo destacar que mi hija es muy estudiosa, noble y educada. Sola se abrió camino en su área y ha logrado muchas cosas, estoy muy orgullosa de ella por la mujer en la que se ha convertido y por todo lo que me ha enseñado”, comentó.
Agregó que una mujer desempeña diversos roles, entre ellos, ser madre, hermana, tía, compañera, amiga y profesionista y en cada una de estas misiones es importante poner la mejor versión.
Por último, envió una felicitación a todas las mujeres en este día tan especial, pues se reconoce su misión, responsabilidad y el cariño que todos los días brindan a su familia.
AFM