Once días después del envenenamiento por alcohol adulterado que derivó en la muerte de 21 personas en el oriente del estado de Morelos, los pobladores de Telixtac mantienen en reserva la identidad y el lugar donde depositaron 19 cadáveres que arrojó el envenenamiento en este poblado del municipio de Axochiapan.
Aún cuando la ley obliga a la Fiscalía General del estado (FGE) y a la Secretaría de Salud de la entidad para llegar a fondo de los hechos que también generó afectados en los municipios de Jantetelco y Tepalcingo, son los pobladores de Telixtac los principales obstáculos para el avance de las investigaciones, pues no sólo enterraron a escondidas a sus familiares, sino que también se niegan a dar nombres y ubicación de los cuerpos, confiaron a MILENIO fuentes ministeriales consultadas.
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“Desde el día que se conocieron los primeros muertos, los pobladores se opusieron a que pasáramos, incluso nos amenazaron con violencia si insistíamos”, explicó una de los funcionarios vinculados con la investigación, quien recordó que desde esos días, los pobladores instalaron un puesto de revisión a la entrada del pueblo por donde no pasa nadie, mucho menos medios de comunicación.
Otra fuente consultada relata que de los 21 cuerpos que dejó el envenenamiento, la Fiscalía General del estado de Morelos sólo tuvo acceso a dos, con el fin de cumplir con la ley, y que los obliga a que todos los cuerpos sean analizados conforme a la ley penal, sin embargo, la población no lo ha permitido.
“Los únicos cuerpos a los que tuvimos acceso son de otro municipio, de Jonacatepec, a donde si se pudo entrar para levantar los cadáveres. Son los únicos dos que tenemos su identidad y de lo que murieron: ingesta de alcohol adulterado. De los demás no tenemos nada”.
El único día —12 de mayo — en que una comisión de autoridades integrada por policías, miembros de Protección Civil e integrantes de la Secretaría de Salud estatal, pudo entrar a Telixtac, fueron recibidos por un grupo de pobladores, que les advirtieron que por “sus usos y costumbres ellos se encargarían de sus muertos y de lo sucedido”, por lo que tampoco nos dieron datos.
En función de lo que establece la ley, la indagatoria debe culminar para no dejar el caso abierto, no obstante, los cuerpos son parte fundamental del mismo, por lo que en caso de que se requiera la necropsia posteriormente, deberá ser un juez el que autorice la exhumación de los cuerpos, lo que requiere otro proceso judicial.
Así, bajo esas condiciones, las autoridades estatales no sólo no tienen identidad de las personas muertas, no les han practicado las necropsias de ley, sino que tampoco pueden seguir las pistas del o de los presuntos responsables, ya que los propietarios o usuarios de los inmuebles donde se expedía el presunto mezcal adulterado, también estaban en Telixtac y cuenta con el silencio de la población para no pagar por la venta del veneno ni las muertes.
De acuerdo con las fuentes consultadas, pese a todo, la investigación continúa y la integración de la carpeta también, por lo que se le ha dado participación a la FGE de Puebla para que -en coordinación- se aporten datos de hechos similares acaecidos en aquél territorio.
OMZI