Tras ser velado en la funeraria municipal de Xalapa, Alfonso Torres fue despedido con aplausos por amigos y activistas que lucharon por asegurar que el adulto mayor, de 101 años, recibiera un trato digno y no muriera dentro del baño del deportivo El Adoquín, donde vivió los últimos 20 años junto con su perro Rocky.
Su amigo fiel lo acompañó desde la noche del viernes hasta la tarde de este sábado, cuando fue trasladado a un crematorio en La Orduña, Coatepec.
Sus cenizas serán utilizadas para dar vida a un árbol, como fue su último deseo, explicó Isela Ponce, coordinadora de Xalapa Unida por Amor.
En tanto, el perro criollo de más de 13 años será dado en adopción, ya que no podrá regresar al parque de la colonia Rafael Lucio, debido a que el administrador cerró con llave el baño que era su hogar y no permite que nadie más entre.
El administrador busca rentar los baños para obtener ingresos por su uso.
Hoy, Rocky dormirá en un sitio distinto al que conoció por más de una década.
Se busca darle un hogar definitivo con una familia que no tenga otros perros, que disponga de espacio techado y sin niños pequeños, ya que es un perro de gran tamaño y edad, tranquilo, pero acostumbrado a convivir con el hombre mayor que, antes que cualquier cosa, al levantarse buscaba algo para darle de comer, aunque él mismo no tuviera alimento.
“Él a las 7:30 salía y se iba a buscarle desayuno. Él creo que todavía no (comía) pero su perro a las 7:30 le traía algo para que desayune", comentó Isela Ponce.
- ¿Cómo era Alfonso cuándo estaba activo? -
“Bueno Alfonso cuando estaba activo, pues él como siempre trabajaba aquí, siempre andaba con su ropita de trabajo muy humilde, pues era muy serio”, recuerda Marciano Díaz, vecino y amigo quien acudía a la unidad deportiva a las 5:30 o 6:00 horas, antes de irse a trabajar y Alfonso le abría, aun cuando no era la hora de hacerlo.
Como se informó el martes, Alfonso fue trasladado al Centro de Alta Especialidad (CAE) ‘Rafael Lucio’ por una infección pulmonar; había pasado semanas con una fuerte tos que no se le quitaba. Ayer viernes por la mañana, murió a pesar de los esfuerzos médicos por mantenerlo con vida.
Alfonso no quería separarse de Rocky, pero los animalistas se comprometieron a cuidarlo y hacerse cargo de él.
Hoy sábado, el ataúd con el cuerpo de Alfonso fue colocado en el suelo para que Rocky lo viera. Solo lo observó unos segundos, lo identificó, y después bajó la cabeza; se negó a verlo de nuevo y se alejó.
MO