"Fíjense que yo no tengo tiempo para la muerte, tengo demasiado trabajo para andar pensando en eso", dice José Ramírez, poblador del ejido San Nicolás, en la parte baja de San Pedro, Coahuila, allá donde desemboca el Río Nazas.
José tiene 91 años de vida y "bien vividos", dice. A diario une su caballo a su tartana y sale a hacer leña, la que vende en el mismo ejido o en las comunidades aledañas como Santa Rita y Mayran.
A 300 pesos vende una tartana llena de leña, pero también menciona, que tiene marranos, aparte tiene otras actividades, lo que no quiere es dejar de trabajar.
"También soy sobandero y curandero, recetó mis medicinas naturales, no hay como las hierbitas, eso lo aprendí en Veracruz donde duré como 40 años viviendo, luego ya me vine para San Nicolás y aquí sigo echándole ganas", menciona.
Dice que en su estancia en Veracruz, a donde se fue en su juventud en busca de trabajo, hizo de todo, incluso fue actor, en las películas que ahí se filmaban, "necesitaban gente de extras y ahí me metía, en pantalla grande llegué a salir".
Don José es juguetón y su mente "está al cien", plática, se para, mejor que mucha gente joven, su ánimo por la vida es de hecho, mejor que el de muchos que cuentan con más fortaleza física.
"Beban hierbitas, son muy buenas, todo lo natural ayuda al cuerpo, y no se enfríen de los huesos, el ocio es malo, hay que trabajar para mantener el cuerpo y la mente sana, no andar con malos pensamientos", señala.
José Ramírez se despide, ya perdió mucho tiempo en la plática y él tiempo es oro mientras haya vida, de la muerte ni habla, para ella no tiene tiempo, eso sí "en su debido tiempo la recibirá", dice sonriente.
EGO