Las mujeres poblanas son quienes sufrieron en mayor medida los efectos de la pandemia por covid-19 porque su salario se encuentra 15 por ciento por debajo del que reciben los hombres, 71 por ciento se mantienen en informalidad y fueron, en mayor medida, víctimas de violencia intrafamiliar, debido al confinamiento obligatorio en los primeros meses de la crisis sanitaria.
De acuerdo con el análisis “El rol de la mujer en la sociedad, en la ciencia y la política”, realizado por las investigadoras de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Dulce María Pérez Torres, especialista de la Facultad de Psicología; Rocío Baños Lara, académica de la Facultad de Medicina; y Ady Carrera Hernández, académica de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno, las mujeres enfrentaron las mayores complicaciones durante la pandemia.
En el estado de Puebla, las mujeres enfrentan diversas dificultades para insertarse al mercado de trabajo, al verse limitadas en preparación, tiempo disponible y oferta laboral. Cerca de 37 por ciento de las mujeres cuenta con educación media superior; sin embargo, enfrentan desigualdades en el trabajo no remunerado frente a los hombres.
Una de cada cinco mujeres poblanas trabaja más de 48 horas a la semana; mientras que siete de cada diez laboran en condiciones de informalidad, es decir, no cuentan con seguridad social, ni prestaciones.
El análisis revela que la brecha salarial de género se mantiene y, en promedio, por el mismo trabajo, las mujeres reciben ingresos 15 por ciento menores en comparación con el que realizan los hombres.
De forma adicional, en los hogares, en medio del confinamiento que se estableció ante la pandemia de la covid-19 a partir de marzo de 2020, aumentó la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones.
Por su parte, Dulce María Pérez Torres, especialista de la Facultad de Psicología de la Upaep, explicó que el hecho de que 71 por ciento de las mujeres trabajan sin prestaciones ni seguridad social impactan en la calidad de vida de las familias, debido a la desigualdad de condiciones.
“Con la falta de seguridad social, las mujeres están sometidas, de alguna manera, a lo que el marido, la pareja les otorga. Ellas, como buenas ecónomas, tienen que hacer pedacitos el dinero y hacen maravillas con el dinero. Ellas no pueden decir que ellas aseguran a la familia como lo hace el hombre y esto repercute. Simbólicamente, se presenta un tipo de violencia porque el hombre se presenta como el que da beneficios. El panorama de la mujer no es halagüeño porque hay reprimenda contra ellas y no pueden decidir su estado de salud”, apuntó.
Por su parte, Ady Carrera Hernández, académica de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno, destacó que el trabajo de las mujeres sin prestaciones es una realidad que aumentó durante la pandemia y que afecta la calidad de vida.
“Vemos una precariedad del trabajo tanto para los hombres como para las mujeres. Ya no hay contratos con plazas, ya no hay contratos con seguridad social, con servicios de salud. Como siempre, las mujeres son las que menos acceso tienen a educación”, apuntó.
Rocío Baños Lara, investigadora de la Facultad de Medicina de la Upaep, explicó que existe una deuda con las mujeres en el sector científico ya que las científicas tienen una presencia menor en comparación con los hombres, lo cual debe erradicarse.
“En el padrón del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología muestra que 63 por ciento son hombres y 37 por ciento somos mujeres. Estamos menos representadas en los niveles más elevados del Sistema Nacional de Investigadores”, apuntó.
AFM