Este viernes es el día de Santa Cecilia y también el Día del Músico, una actividad que mantiene su lucha en pleno 2024, donde las bocinas se han vuelto indispensables para las fiestas.
Solamente hay que recorrer la calle Salvador Díaz Mirón, en el centro de Tampico. Ahí los músicos que hacen bailar a la gente al ritmo de la marimba, tienen que esforzarse más porque “el ruido” de las bocinas que ponen los negocios es muy intenso.
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Salvador Vigueras Torres, maestro de música y músico desde hace 34 años, está frente a un hotel ubicado en la plaza de Armas y con las melodías de Frank Sinatra, hace bailar a los amantes de los clásicos, por lo regular, a los abuelitos de alguien.
En esa misma cuadra, a algunos metros, se pone un compañero de Salvador, otro miembro del clan de las melodías urbanas que quieren hacer pasar un buen momento a los paseantes, de los novios, de los amigos, de quién acude al corazón del puerto.
“Nos turnamos a la una y una… si yo toco una canción y termino, me espero para que él (su compañero) cante lo suyo”, expuso el músico, que se da cuenta que sus notas le han gustado a la gente, porque se llenó el bote para las monedas.
Pero no es lo mismo lidiar con un compañero de batalla, que con el negocio que instala una bocina a todo volumen, tal vez a decibeles más altos de los permitidos por ley, con la finalidad de atraer a más clientes.
Relató Salvador que una vez, era tal el ruido de una bocina, que decidió retirarse a su casa, no le podía ganar al escándalo que había; sin embargo, algo está muy claro: “nadie le podrá ganar a ese escándalo”.
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Luis Enrique Montes, líder de la Sociedad de Autores y Compositores, aseguró que nunca nadie va a igualar a la música en vivo, así que es la lucha que diariamente tienen que enfrentar para llevar el sustento de su familia.
El mensaje que se hace es “poder valorar su trabajo y más que nada contratarlos para poner todos nuestro granito de arena”.
Reconoció que sí existe una necesidad de fortalecer al gremio y eso vendrá conforme los músicos sean considerados para eventos, fiestas y reuniones, porque “nada puede sustituir la música en vivo”.
EAS