Una de las fechas más esperadas del año para muchas familias es la llegada de la Navidad, sin embargo, para quienes se ven obligados a salir de sus países y emigrar, representa nostalgia, tristeza y dolor por estar lejos de los suyos.
La Navidad, es en donde se reúne la familia para convivir y compartir, pero para los migrantes es otra la realidad, debido a que esta celebración la pasan lejos de casa, ya sea en un albergue, en trenes o en las calles de ciudades desconocidas.
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Para Ruth Bracho, su esposo y sus dos hijos, esta Navidad será diferente, debido a que se encuentran lejos de su familia, pues dejó a sus padres y hermanos. Originarios de Venezuela y radicados en Colombia, hace un mes salieron de su hogar con el objetivo de llegar a los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida, aunque para poder hacerlo han tenido que enfrentar una serie de dificultades.
Su intención era poder estar en el país americano antes de la celebración de Navidad, pero no fue así, por lo que por primera vez pasarán esta fecha sin un techo y lejos de su familia.
“Para estas fechas, pasamos en familia como todos, nos reunimos haciendo la comida, compartiendo la Navidad, pensamos que íbamos a llegar antes a los Estados Unidos, pero mire, aquí estamos todavía”.
Esta Navidad, señala, será muy diferente, pues se encuentran lejos de su país, solo con las personas que también viajan en busca del sueño americano, con quien han convivido en su recorrido y a quienes ya consideran parte de su familia.
Debido a la crisis migratoria que vive actualmente la ciudad de Piedras Negras, se suspendió la operación en los trenes en los patios de Ferromex de la ciudad de Torreón, por lo que tendrán que esperar para poder continuar con su camino.
“Queríamos seguir en el tren, pero ahora están bajando a los migrantes por la situación que hay en la frontera que está muy colapsada, no nos están permitiendo estar en el tren”.
Señala que ante dicha situación, desean conseguir un trabajo en esta ciudad, en donde pretenden radicar por un tiempo y después de enero poder seguir hacia los Estados Unidos.
Trayecto difícil y peligroso
Gregorio Marriaga, esposo de Ruth, manifiesta que ha sido difícil y peligroso el trayecto, sin embargo salieron de Colombia en busca de una mejor calidad de vida para sus hijos, pues en su país de origen, Venezuela, enfrentan una complicada situación económica, al igual que en Colombia, sin embargo, asegura que si hubiera sabido a lo que se enfrentaría, no hubiera salido de ese país.
“Si hubiera sabido de esta travesía, no la hago, me quedo quieto en Colombia, estábamos viviendo duro también porque Colombia va a lo mismo por las situaciones económicas, la plata no está alcanzando como en Venezuela”.
La decisión de salir todos en familia hacia los Estados Unidos, dijo, es debido a que inicialmente su hijo mayor quería viajar solo con amigos, por lo que optaron por viajar todos juntos y no separarse.
“Mi hijo que es el mayor quería venir con el amigo y que nosotros nos quedáramos, pero no, si vamos, nos vamos todos, si vamos a luchar y guerrerala (luchar), lo vamos hacer entre todos”.
Comenta que todos los que viajan, no especifican lo que sufren en su recorrido, sin embargo lo que han enfrentado, ha hecho que se arrepienta de haber emprendido este camino. Menciona que el haber atravesado la selva en Colombia, fue complicado, pero lo más difícil ha sido México, debido a la cantidad de dinero que les pide el personal de Migración.
“No vamos a decir que todo lo malo es en México, hay partes y hay gente buena que nos apoya como en todos los países, y también gente mala, hemos tenido ayuda de algunos mexicanos y le damos gracias, hay gente buena”.
Esta época de Navidad y Año Nuevo, dijo, son fechas de tristeza, al estar lejos de su país y de sus seres queridos, pero a la vez con fortaleza al estar juntos como familia en esta travesía.
Empatía y apoyo
Eduardo Anaya Sanroman, acompañante del equipo base del Centro de Día para Migrantes “Jesús Torres”, manifiesta que en esta época navideña es importante ser empáticos con las personas que más necesitan.
“Tratemos a los migrantes como hermanos que son y recordemos que Jesús, María y José también eran migrantes que estaban buscando un alojamiento, una posada, alguien que les diera de comer, un lugar de abrigo y no lo encontraron”.
En su paso por la región a pocas horas de llegar a la frontera, llegan esperanzados, pero también golpeados emocionalmente debido a la serie de dificultades que atraviesan desde que salen de sus países hasta su paso por México.
“Ha habido hombres y mujeres que les ha ido muy mal en territorio mexicano, esto por mafias, asaltos, maltratos, avisos sexuales, abuso de autoridad, ha habido de todo, pero con todo y eso, llegan con la esperanza de que aquí ya les falta un pasito para llegar”.
Consideró importante concientizar a la sociedad de no discriminar y segregar, sino ser empáticos y compasivos. Expuso que la sociedad lagunera ha sido generosa, por lo que exhortó a que no dejen de apoyar al Centro de Día para los Migrantes, así como a otros espacios que les brindan apoyo.
Existen otros lugares cercanos a las vías del ferrocarril en donde también se les otorga ayuda a los migrantes, por lo que es importante que la comunidad sepa que están para servir.
Debido a que diariamente se recibe a un gran número de migrantes, se requiere de personal voluntario para que dediquen una jornada al servicio de los migrantes.
“Con este incremento, nos hacen falta personas voluntarias, que pueden ser jubilados, casados, solteros, quien quiera servir, hombres y mujeres mayores de edad que se acerquen con nosotros”.
Centro de Día
Es en la temporada de frío cuando aumenta el número de migrantes, debido a que ellos prefieren viajar en temporada invernal, ya que toleran más las bajas temperaturas que el calor, por lo que en esta región se incrementa es cuando hay mayor afluencia.
María Concepción Martínez Rodríguez coordinadora Operativa del Centro de Día para Migrantes “Jesús Torres”, manifiesta que de acuerdo a la experiencia, es al terminar otoño cuando inician su viaje, por lo que es mayor el número de migrantes, sin embargo, este año la cantidad se ha triplicado en comparación a años anteriores.
“Tenemos toda la semana pasada y esta semana con arriba de 150, 200 migrantes diarios, si es una cantidad muy considerable, es algo que tampoco se había visto anteriormente y lo que nos habla de la crisis migratoria a nivel mundial”.
De igual manera, señala, el perfil de los migrantes ha cambiado, pues anteriormente viajaban en su mayoría hombres, sin embargo en últimas fechas llegan acompañados de su familia.
Actualmente, dijo, el 50 por ciento son varones, el 28 por ciento son menores y el 22 por ciento mujeres.
“Nosotros aquí en el centro hemos tenido hasta 30 niños en un solo día , porque las familias vienen completas con todos sus hijos, dejan su país, dejan todo y se trasladan en grupos con todo y familia”.
En esta Navidad, dijo, espera que la pasen de la mejor manera, pues en el Centro de Día “Jesús Torres”, el domingo no recibe a migrantes, sin embargo hay personas de la parroquia de San Judas, junto con el sacerdote Eduardo Anaya, se dan la tarea de acudir al puente en donde ellos permanecen, para llevarles comida, sobre todo cuando hay un gran número de personas.
De igual manera, se hace un llamado a grupos de voluntarios y a contactos que se tienen en la parroquia para que acudan a dejar comida, líquidos calientes o fríos y agua natural, debido a que en esta temporada también presentan deshidratación durante su recorrido.
“Ellos no toman agua con el frío, no toman agua, el viajar tanto tiempo, hace que se deshidraten”.
La coordinadora del Centro de Día para Migrantes, indicó que las personas que llegan a este lugar, llegan esperanzados, porque están a unas horas de llegar a la frontera, a pesar de lo difícil que ha sido su trayecto.
“Si traen casas de campaña, nos las dejan aquí porque dicen, ya nos vamos a la frontera, ya no las vamos a necesitar, llegan esperanzados y ansiosos, incluso dicen, queremos almorzar, cambiarnos, bañarnos y regresar a las vías, porque ya me voy a ir, se me va a pasar el tren”.
Para ellos, aún y cuando esté cerrada la frontera, se cierren los puentes o haya nuevos tratados y leyes migratorias, su objetivo es llegar a los Estados Unidos y no paran.
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