Activistas que conformaron la desaparecida Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y profesores de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), marcharon para exigir justicia por la represión de estado cometida el pasado 14 de junio del 2006.
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Los inconformes exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que no se perdone ni se permita la impunidad para los responsables, entre ellos el ex gobernador Ulises Ruiz y los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
Los inconformes también pidieron porque no se dé carpetazo a los casos Nochixtlan, del que señalarom como responsable al ex gobernador Gabino Cué y el ex Secretario de Seguridad Pública Federal Renato Sales y por el caso Ayotzinapa, donde se culpa al ex presidente Enrique Peña Nieto.
Con gritos de “la herida sigue abierta”, los maestros y activistas se manifestaron pintarrajeando fachadas de monumentos históricos en el Zócalo del estado.
El líder de la sección 22, Eloy López Hernández, afirmó que a 13 años de la revuelta social, la lucha del movimiento se mantiene vigente, incluso afirmó que la CNTE es la fuerza de organización más fuerte y solida del país, pese a que en el pasado, tanto los ex presidente Vicente Fox, Felipe Calderon, Enrique Peña Nieto y la lider de la SNTE, Elba Esther Gordillo, trataron de dividirla.
“Hoy a 30 años de lucha del magisterio y a 13 de la revuelta social somos más fuertes, el magisterio de Oaxaca, no solo como sindicato magisterial sino como pueblo y movimiento popular”, dijo el líder de la sección 22.
En tanto, el ex líder magisterial y actual diputado federal de Morena, Azael Santiago Chepi, anunció que ya se planteó a nivel nacional crear una comisión de la verdad para que no queden impunes los crímenes políticos y violaciones a los derechos humanos cometidos en Oaxaca en 2006, 2007.
Mientras que el defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, afirmó que hay seguimiento a la queja presentada ante la Corte Penal Internacional de la Haya, por los delitos de lesa humanidad cometidos en el 2006.
“Es evidente que el 2006 es una herida abierta en Oaxaca que mientras no se sane no habrá paz ni reconciliación, ni podemos hablar de un nuevo México”, dijo Bernardo Rodríguez.
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