Priciliano Martínez Maldonado, detenido por la Policía Municipal de Santa María Guinagati, en la región Mixe Zapoteca, Oaxaca, mientras bailaba y consumía alcohol en la vía pública, fue hallado sin vida en la cárcel municipal. Se presume que se quitó la vida.
No obstante, residentes de esta comunidad zapoteca, situada en el Istmo de Tehuantepec, expresaron en redes sociales su preocupación por la actuación de los elementos de seguridad pública municipal.
Alegan que, en un evidente uso excesivo de fuerza, le habrían presionado el cuello, intentando encubrir el presunto homicidio de Martínez.
Este incidente evoca el caso de Abigail Hay Urrutia, fallecida en circunstancias similares dentro de las celdas en el municipio de Salina Cruz.
Martínez era una figura conocida y valorada en la comunidad, su muerte generó consternación y desconfianza entre la población alrededor de su supuesto suicidio en circunstancias poco claras.
De acuerdo con dicho testimonio anónimo, los policías le presionaron el cuello contra el suelo hasta privarlo de la respiración, para luego simular su suicidio colgándolo.
Por esta razón, la comunidad demandó una investigación exhaustiva sobre la conducta de los oficiales.
MO