A sus 53 años, Iván Mendoza de la Cruz se ha convertido en un ejemplo de superación en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Lo ha logrado a través de las bicicletas, el ingenio, y las reparaciones.
Diagnosticado con parálisis cerebral infantil, encontró en la reparación de electrodomésticos y el ciclismo un trabajo constante que le proporciona ingresos para sostener a sus tres hijas.
Mientras arreglaba una licuadora, Iván compartió con MILENIO que gracias a estos oficios ha logrado avanzar en la vida. “Arreglo licuadoras, ventiladores y también diseño bicicletas para personas con discapacidades”.
Desde su infancia, contó con el apoyo de su madre, quien le inculcó la importancia de esforzarse para salir adelante. “A mí me dije yo, ¿yo qué hago entre cuatro paredes o sentado aquí? ¿Qué hago yo, o que hago yo aquí sentado sin hacer nada? entonces yo decidí salir”.
La necesidad de movilizarse lo llevó a crear una bicicleta especial para él, que no solo sirve como medio de transporte, sino también como compañera para la práctica deportiva.
“Entonces yo decidí diseñar mi propia bicicleta para poder salir, he visto a los niños salir en bicicleta, decidí diseñármela y así salir, porque la bicicleta me ayuda a ir a comprar mis piezas, ir a rodar, ir a visitar a mis amigos, a mis familiares”.
Además de ajustarse a sus necesidades, la bicicleta cuenta con todos los componentes necesarios para garantizar su seguridad durante el desplazamiento.
Para elaborar una bicicleta como la que tiene Iván de la Cruz, se necesita un monto que varía entre cuatro mil y nueve mil pesos, dependiendo de la calidad de los componentes.
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MO