Este 26 de abril fueron liberados del Penal de Tanivet, en Oaxaca, Honorio y Margarito, dos afromexicanos que desde diciembre de 2011, fueron detenidos arbitrariamente, acusados de delitos que no cometieron.
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Luego de más de 12 años, alcanzaron su libertad al no ser comprobada su responsabilidad de los hechos que les fueron imputados.
Tras un arduo trabajo de defensa integral por el Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos Gobixha (Codigo DH) y el equipo legal que acompañó el caso durante estos años, lograron demostrar que Honorio y Margarito no fueron responsables, además de que fueron sometidos a tortura.
La defensa de Honorio y Margarito representa un caso paradigmático donde la tortura, desigualdad, discriminación y el racismo institucional marcaron la pauta del desarrollo del proceso judicial que tuvieron que enfrentar en el estado de Oaxaca.
Después de 12 años, el Juzgado Segundo Mixto de Puerto Escondido decidió otorgarles su libertad. En este sentido pocos son los juzgadores y fiscales decididos en utilizar los mecanismos que prevé la legislación penal, ante irregularidades o violaciones al debido proceso y por ello celebramos la decisión.
La libertad de Honorio y Margarito, es la punta del iceberg en material judicial para demostrar que la realización de valoraciones médicas y psicológicas conforme al Protocolo de Estambul juega un papel fundamental para erradicar la práctica de la tortura en nuestro país.
Si bien no existe institucionalmente garantizada la profesionalización de peritos en la materia, el reconocimiento de los peritos independientes prevista en la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, constituye una alternativa que no debe dejarse de lado, sobre todo para evitar que más personas enfrenten proceso tan largos.
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