Niños de la Sierra de Oaxaca venden dulces para seguir estudiando: tenemos que cuidar el medio ambiente

Los niños originarios de Pluma Hidalgo, Pochutla, venden dulces para poder comprar sus cuadernos con la finalidad de continuar sus estudios de educación básica.

Niños venden dulces para pagar sus estudios y cuidan el medio ambiente. (Captura)
Óscar Rodríguez
Ciudad de México /

El video de unos niños indígenas de la zona de la Sierra Sur de Oaxaca, que vende dulces en una carriola, se volvió viral en redes sociales, ya que han aprendido a enfrentar la contingencia por el covid-19, utilizando siempre cubrebocas. Además de que al terminar sus labores recogen la basura de los productos que venden para cuidar el medio ambiente.

Se trata de dos menores de edad, originarios de Pluma Hidalgo, Pochutla, que venden dulces para obtener dinero y poder comprar sus cuadernos con la finalidad de continuar sus estudios de educación básica.

Son dos chicos de escasos recursos que se encuentran prácticamente en situación de calle. Ellos advierten que tomaron la iniciativa de involucrarse con el comercio informal.

El video difundido, que dura aproximadamente un minuto y 34 segundos, conmovió en redes sociales, pues muestra a dos niños que venden frituras y dulces, utilizando una carriola para bebé -como un carrito móvil-. 

Los niños que tienen entre 8 y 9 años son grandes amigos y disfrutan lo que hacen.

“Échale, habla tú primero” -pero al observar que su amigo no tenía bien puesto el cubrebocas le reprendió con su lenguaje costeño- “ponte tu cubrebocas verga”, conversan en el video. 

Al colocarse el utensilio sanitario de color amarillo, el niño que vestía un pantalón en color azul arremangado, una camiseta con estampado de caricaturas y unos tenis vencidos por el el uso, explica:

“Nosotros somos de este negocio que andamos vendiendo. Y yo vivo en el centro. Aquí se llama Finca Don Gabriel, Pluma Hidalgo, Pochutla, Oaxaca. Nosotros vivimos en la entrada, él vive en la colonia Juárez…

El respuesta, el otro menor que viste un pantalón gris roto, una camiseta con estampado de caricaturas y unas chanclas desgastadas lo interrumpe al agregar: “él vive en San Martín” -su compañero nuevamente le reprende- “¡Cállate!, verga”.

Después narra, “nosotros andamos vendiendo pa’ que nos paguen, pa’ que saquemos para nuestros cuadernos, nuestros útiles de nuestra escuela”.

Fue entonces que le dio la palabra a su socio al tiempo que le pasó un micrófono digital: “Te toca hablar”. El otro abunda sobre su negocio: 

“Estos productos son de nosotros. Si ganamos, toda la feria es para nosotros y ya lo repartimos yo con él”.

En su plática, revelan que en una parte de la carriola móvil se encuentra un compartimento donde hay envolturas vacías de frituras y explican.

“ Aquí juntamos la basura porque el jefe de aquí dice que no debemos tirar basura por el medio ambiente. Tenemos que cuidar el medio ambiente y no debemos tirar la basura en la calle”.

Al final mandan un mensaje de agradecimiento: 

“Por eso le damos gracias a Dios, a ustedes, a Dios que los ayuda, que los proteja y los cuida, que nadie los asuste ni los espante y gracias por eso".


grb 

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