La Panadería Durango lleva casi cuarenta años vendiendo el pan de fabricación propia que sale de una tahona familiar, tal vez la más antigua de Gómez Palacio, de acuerdo a Don Óscar Flores Juárez, dueño y fundador de este edificio que envuelve los deliciosos aromas de pan recién horneado, el cual se percibe a diario, pues aquí hacen un rico pan dulce y francés, durante todos los días del año.
¿Hay algo mejor que el olor a pan recién horneado? Probablemente no, más porque en esta panadería, afirma Don Óscar, se ofrece productos accesibles a todos los bolsillos, además de una experiencia única, que implica admirar, oler y percibir las diversas formas creadas por sus panaderos o tahoneros, ya que Tahona significa “panadería” en español antiguo.
Fue su padre quien se llamó en vida, José Refugio Flores Ibarra, quien era y vivió en Torreón, abrió una panadería por la avenida Victoria entre las calles Zaragoza y Ocampo, donde ahora funciona un centro comercial a un lado de la Papelera del Norte, la cual se llamaba Torreón.
Don Óscar platica que él estaba recién casado y todos los días se trasladaba en bicicleta en la madrugada desde Torreón hasta Gómez Palacio para abrir y trabajar en la panadería, “vivíamos por la Cuauhtémoc y yo en este tiempo sí era tahonero, hacía el pan y atendía mientras llegaba mi padre”.
Aunque su abuelo Pedro Flores era tahonero y prácticamente toda la familia estaban inmersos en este oficio, su padre fue quien lo metió en este negocio, pues al par de años abrió su propia panadería.
Sus orígenes se remontan a 1984 cuando comenzó en un local ubicado por la avenida Mina, en el centro de la ciudad, también se llamaba Torreón como la de su padre donde duró 15 años.
Sin embargo, debido a problemas con los contadores y luego de arreglar ciertos asuntos, en 1999 cuando tenía 28 años, abrió la panadería pero ahora con el nombre de Durango. Don Óscar manifestó que vienen de familia muy humilde y aunque su abuelo, padre y demás familiares eran panaderos, nada más él y una hermana, tienen panadería, la de ella está en la colonia El Refugio.
“Ahorita soy panadero porque soy quien vende el pan, pero aquí en este negocio trabajan y están a mi cargo, 15 tahoneros, quienes en dos turnos hacen el pan”, expresó.
Inflación afectó a panaderías
Las panaderías no se han salvado tampoco de los efectos de la inflación, afirma Don Óscar Flores Juárez, quien también es Secretario General del Sindicato Unión de Propietarios de Panaderías Región Laguna, cuyo presidente es José Carrillo, pues los insumos han aumentado al 100 por ciento. Expuso que últimamente este tipo de negocios ya no son tan rentables porque se han encarecido los productos básicos para la fabricación del pan.
“Todo ha subido, el huevo, la harina, la mantequilla, aceite, manteca, todo al 100 por ciento y no sé porque las cámaras empresariales no dicen la realidad, la inflación en realidad se disparó al 100 por ciento”, dijo.
Como ejemplo, expresó que el costal de harina al inicio del año estaba a 400 pesos, ahora en estos momentos cuesta 800 pesos, “el litro de aceite costaba 20 pesos ahora está a 40 pesos, la margarina costaba 17 mil pesos la tonelada y ahora está a 37 mil pesos, la cual nos dura un mes pero todo está a lo doble, el bulto de azúcar estaba a 600 y ahorita está a mil 100 pesos, la manteca costaba 600 pesos, ahora a mil 200 pesos, todo a lo doble”.
Más de 70 años de tradición
La Central Panificadora, ubicada en calle Blanco entre las avenidas Allende y Matamoros de Torreón, es uno de los muchos establecimientos del ramo que pertenecen a una misma familia que ya en su tercera generación, se mantienen ofreciendo pan de calidad a los torreonenses.
Pedro Ávila Aguilera, propietario de la panadería ubicada en el mero centro de Torreón, informó que fue su padre quien por los años 50, comenzó este negocio, por lo que esta cadena de locales de este tipo con presencia hasta en Francisco I. Madero, probablemente sea una de las más antiguas y de mayor tradición en Torreón.
EGO