Tras dos años de restricciones sanitarias por el covid-19, familias completas llegaron al Panteón Municipal de Puebla capital, además de que los músicos regresaron a este lugar para que sean contratados por las personas para dedicarle una canción sus seres queridos que se adelantaron en el camino, por ello, el olor y el colorido de la flor de Cempasúchil, Terciopelo y Nube predominaron en este camposanto.
Antes de las 08:00 horas de este 2 de noviembre, alrededor de 200 personas llegaron al lugar para ser de los primeros en visitar a sus familiares, con palas, cubetas, veladoras, ramos y adornos florales ingresaron a este lugar, el más visitado por los capitalinos.
Con un operativo de seguridad en el que participaron elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), policía estatal, bomberos, Protección Civil, paramédicos, de Control de Tránsito, Vía Pública y Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSL), una ambulancia para atender cualquier emergencia, se realizó una de las festividades más importantes de los mexicanos.
Al ingresar al camposanto se solicitó a los visitantes portar el cubrebocas y se realizó la revisión de mochilas por seguridad.
En entrevista con MILENIO Puebla, Karla destacó que después de la pandemia acudió con su familia al camposanto para visitar a sus seres queridos. La joven limpió una de las tumbas y colocó flores.
“Es una tradición venir a ver a mis tíos y abuelos; nos sentimos muy bien, que ya no hay tantos contagios y las medidas ya no son tan estrictas, es una bonita tradición venir este día y recordar a nuestros fieles difuntos”, destacó la entrevistada.
En este contexto, calificó como buena medida que el gobierno de la ciudad haya implementado un operativo de seguridad para que todo transcurriera en orden. Señaló que este año se contó con mejor logística para que no se registrara caos en el panteón y las autoridades municipales estuvieron al pendiente de que todo se realizara en paz. Comentó que el precio de la flor se elevó, pero la compra fue necesaria para arreglar las tumbas.
A su vez, los integrantes del trío Internacional Vino Tinto señalaron que esta temporada representó una importante oportunidad para recuperarse de la crisis económica, después de dos años de pandemia.
“Estamos muy apegados a nuestras tradiciones de Día de Muertos, por lo que la gente nos contrata para que le dediquemos unas canciones a sus familiares, tenemos muchos años dedicarnos a esto y fueron dos años que no pudimos trabajar en esta temporada por la pandemia”.
Asimismo, en las inmediaciones del camposanto, el ramo de la flor de muerto se ofertó entre 30 y 60 pesos, mientras que los adornos florales se cotizaron entre 120 y 350 pesos, por lo cual desde temprana hora comenzó la actividad comercial.
Cabe señalar que en este lugar, la Secretaría de Gobernación municipal emitió 170 permisos a un costado, por lo que comerciantes estimaron un incremento de 50 por ciento en sus ventas.
Largas filas en panteón Valle de los Ángeles
En el panteón Valle de los Ángeles, en el Antiguo Camino al Batán, familias estuvieron en fila por más de una hora para visitar a sus seres queridos en el panteón Valle de los Ángeles, ya que este año no dejaron entrar automóviles y los camiones fueron insuficientes.
En entrevista, Salomé Fuentes acudió con sus hijos de 8 y 4 años, y mencionó que esta situación complicó su trayecto; no obstante, dijo que valió la pena la espera con tal de visitar a sus seres queridos en el lugar donde descansan.
“Se nos complica un poquito, pero hay que esperar. Lo hacemos por venir a ver a nuestros muertos, en mi caso antes no pude y ahora bueno, pues solo tengo que esperar, al final solo es una vez al año”.
Abren Cripta de los Obispos
La Basílica Catedral de Puebla abrió, por única ocasión en el año, la Cripta de los Obispos, espacio que se encuentra debajo del ciprés del Altar Mayor, donde reposan los restos mortales de 13 de los 35 obispos y seis arzobispos que guiaron a la iglesia católica en la región.
Entre los obispos sepultados en la cripta se encuentran: fray Julián Garcés, primer obispo de Puebla y quien estuvo al frente de la diócesis entre 1527 y 1542; Salvador Bienpica y Sotomayor, obispo de 1790 a 1802; y los arzobispos Pedro Vera y Zuria, quien encabezó la diócesis de 1924 a 1944; de los hermanos José Ignacio y Octaviano Márquez y Toriz, quienes estuvieron al frente de la Iglesia poblana entre 1945 y 1950, así como de 1951 a 1975, resectivamente.
En la misma cripta reposan los restos mortales de Rosendo Huesca Pacheco, octavo arzobispo de Puebla y quien estuvo al frente de la Arquidiócesis de 1976 a 2009, antecesor del actual arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa.
Los restos de los otros obispos se encuentran en diferentes sitios de la Catedral, como el caso de don Francisco Pablo Vázquez Vizcaíno, quien encabezó la diócesis de 1831 a1847, sepultado a los pies del altar de San José con la leyenda “fieles, rogad por mí, pecador”.
En tanto, los restos de Ramón Ibarra y González, primer arzobispo de Puebla entre los años 1902 y 1904 descansan en la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe.
Francisco Vázquez Ramírez, rector de la Catedral de Puebla, explicó que, como una tradición, cada 2 de noviembre, los fieles pueden visitar la Cripta de los Obispos para pedir por el eterno descanso de quienes fueron obispos y arzobispos de la arquidiócesis.
Comentó que algunos de los obispos de Puebla no se encuentran sepultados en la Catedral de Puebla ya que fueron trasladados en vida a otras sedes episcopales.
AFM