Los perros y gatos que viven en la Península de Yucatán deben estar siempre en casa, ya que, representan un peligro para los ecosistemas y podrían alterar su estado natural, esto se dio a conocer en la cumbre Biosphera24, realizado en Mérida.
En especial a que ellos que viven en zonas rurales y ranchos, y que normalmente muchas de estas mascotas son dejadas libres por las noches, momento y representan una amenaza para pequeños animales salvajes, o se vuelve el alimento fácil para el jaguar.
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Javier Carballar Osorio, director del Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas del Quintana Roo, explicó:
“un grupo de perros los dejas fuera del cuidado humano, estos van a retomar, a retomar su comportamiento, digamos silvestre, se asilvestran digamos se convierten en ferales y van a estar en un ecosistema que nos les pertenece y tienen ciertas especies que controlan, que equilibran al ecosistema y estos no pertenecen a este ecosistema, son especies exóticas para este ecosistema y las presas muchas veces no están adaptadas”.
Mientas los ganaderos deben tener una responsabilidad para evitar que sus gatos, perros, vacas, toros, borregos o chivas estén libres en las noches, ya que, la interacción entre ellos y animales salvajes, puede transmitir enfermedades que pudieran afectar la vida ellos y el ecosistema.
“El asunto de los gatos es una preocupación en las urbes, hay biodiversidad, y si tenemos gatos sueltos tenemos, uno, enfermedades que pueden transmitir al ser humano, dos, hay mucha vida silvestre y mismo gato está en riesgo, está en peligros, en el sentido de que, está más seguro en su casa, en su hogar porque están las condiciones para que esté sano y bien atendido dentro del hogar”, abundó Carballar Osorio.
Mientras, para el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (por sus siglas en inglés, IFAW) preocupa la presencia de perros en zonas costeras de la península yucateca, debido a que atacan a los nidos de tortugas y se comen los huevos, pero al mismo tiempo son presa de gatos salvajes.
Joaquín de la Torre Ponce, director del fondo para América Latina y el Caribe, explica que trabajan con comunidades y autoridades para evitar que los caninos estén de noche libre por la zona de anidación o se introduzcan en la selva.
“Sin embargo, el perro no es una presa natural de los jaguares, por qué está sucediendo, porque hay internaciones entre perros y jaguares que no debería estar sucediendo, pero es una realidad porque hay personas donde están habitando, donde es el hábitat del jaguar, nosotros que hacemos como organizaciones, trabajar con la comunidad, trabajar con las autoridades”, detalló De la Torre Ponce.
El directivo detalló que esta interacción entre animales domésticos y salvajes ponen en peligro los ecosistemas, así, como la supervivencia de los ellos mismos.