Los habitantes del poblado de Zirahuén, municipio de Salvador Escalante, Michoacán, se organizaron para enfrentar al crimen organizado que , en contubernio con los productores de aguacate, arándano y berries, están matando el lago de Zirahuén.
En los últimos dos años, medio centenar de bombas fueron colocadas en el vaso lacustre, para extraer agua y regar más de 5 mil 941 hectáreas ilegales, principalmente del llamado oro verde en esa región tan fértil de Michoacán.
“Visibles, se llegaron a ver algunas 40 (bombas), pero varias (de ellas) al saber que la gente se estaba movilizando, que las estaba quitando, las han retirado de dónde las tenían normalmente, hay algunos que todavía operan en la ribera de Zirahuén, pero se encuentran escondidas”, comentó un poblador que pidió el anonimato por cuestiones de seguridad.
Enormes bombas con alta capacidad para extraer cientos de miles de litros por hora operan en la mañana, tarde y noche, con la complacencia de las autoridades federales que conocen del tema por denuncias de los pobladores.
El 22 de abril, un grupo de mujeres habitantes de esa comunidad, cansadas del robo de agua, retiraron al menos 10 máquinas extractoras de agua, la mayoría eran empleadas para abastecer a las grandes aguacateras y a los campos berries.
Los pobladores contaron que las bombas fueron reclamadas por sus propietarios, algunas fueron devueltas a sus dueños al demostrar que contaban con permisos del gobierno federal para poder operar.
También se han detectado el tránsito de pipas cargadas con agua extraída ilegalmente por las brechas que llevan a los grandes sembradíos.
“Ahorita están sacando el agua del pueblo harto. La laguna se va secando, la otra vez oí las noticias que estaba a tres metros pero yo creo que va más de como 20 metros, pues eso van acabando con la laguna, diariamente las pipas llenas pasan por aquí para el aguacate y para el arándano, para todo”, denunció Severiana García Moya, habitante del pueblo Zirahuén.
El huachicoleo de agua ya provocó estragos en el medio ambiente. De agosto del 2023 a la fecha, el lago descendió 20 metros
Las huertas de aguacate, arándano y berries son visibles desde cualquier punto del pueblo de Zirahuén. En los cerros que rodean el lago se aprecian las manchas por la falta de pinos de agua, por la tala para sembrar aguacate; de ese tamaño es el ecocidio.
Pero el daño ambiental no solo se limita a la extracción ilegal de agua, los ríos que alimentan el lago de Zirahuén también están contaminados.
Un ejemplo es el río El Silencio. Hace 10 años, por su cauce corría agua limpia para consumo humano, hoy beber un poco es prácticamente imposible por la gran cantidad de contaminantes y metales pesados.
El municipio de Santa Clara del Cobre sería el responsable porque desde hace varios años su planta de tratamiento de aguas residuales no funciona. En una parte del río no se ve el agua por tantos envases de plástico.
“También creo que es importante mencionar la contaminación que se viene dando en el lago, ya existe aquí el alga la microcistina que en grandes cantidades es nociva para el ser humano y esto es producto de los huertos, de todos los químicos que alrededor se están utilizando”, dijo el ejidatario que pidió anonimato.
El gobierno de Michoacán plantea prohibir la deforestación para siembra de aguacates, esto luego de que se presentó una queja por las graves omisiones por parte de las autoridades mexicanas para proteger los ecosistemas donde se siembra el oro verde. De acuerdo con estudios realizados por especialistas ecológicos, entre 1976 y 2005, los municipios donde se siembra aguacate perdieron el 35 por ciento de sus bosques por tala para la siembra del oro verde.