Pobladores de ocho comunidades del Río Tamesí de Altamira y dos del área de Mayorazgo en Pánuco, arriesgándose al intenso calor y a los cocodrilos que hay en la Laguna del Champayán decidieron dragar con sus propias manos el casi seco canal que les sirve de paso a sus lanchas a la cabecera municipal, pues están incomunicados desde hace una semana y las provisiones se les están acabando.
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El único medio de transporte que existe para comunicar a ejidos como El Camalote, Cruz Grande, Martín A. Martínez, Cues de Orteño, Torno Largo, Cues de Palmas Altas, Mata del Corral y Llano grande, es la lancha, están a 45 minutos con caudal normal, pero desde la crisis hídrica les tomaba cuatro horas ir y venir.
Ellos llevan lo que pescan y cosecha a vender a la zona urbana, algunos trabajan otros van a la escuela, pero todos compran sus insumos de comida, medicina y van al servicio médico en la cabecera municipal, “para nosotros llegar a Altamira puede ser de vida o muerte”, dijo Alicia, que tiene 42 años de vivir en una de estas comunidades.
Sin embargo hace una semana el nivel de la Laguna del Champayán bajó más, así que el único paso que quedaba disponible para ellos y otros ejidos, que ya no podían pasar por otros canales pues ya están secos, se convirtió en una zona fangosa y quedaron incomunicados.
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Se trata de la zona conocida como “El Puente”, la señora Alicia asegura que el ayuntamiento de Altamira estuvo dragando, sin embargo lo hicieron mal, “lo que pasa es que aquí pues sí se le puede echar la culpa al gobierno porque no dragó como era, tenía todo listo primero empezamos dos años en la zona industrial y en tres meses terminó por partes”, explicó.
La situación afecta también a dos comunidades de pertenecen a Pánuco, Veracruz, que cruzan en lancha hasta Altamira, para satisfacer necesidades básicas, pues les queda más cerca que su cabecera municipal.
Unos 60 hombres y mujeres llegaron el miércoles por la tarde desesperados hasta “El Puente” con palas, picos y hasta con las manos, comenzaron a tratar de desazolvar el canal, en un intento por tratar de darle profundidad al canal y poder salir, pues ya quedan muy pocos insumos en los hogares de las 600 familias que viven en estas zonas, pero su mayor temor es una complicación de salud.
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A los pobladores poco les importó el calor extremo o los cocodrilos que habitan en la laguna y decidieron tomar el riesgo, para tratar de sacar el lodo a la orilla usaban tarjas.
En eso estaban cuando llegaron las autoridades locales con maquinaria, la promesa era hacer los trabajos, sin embargo todo quedó igual, pues aseguran que el municipio instaló una bomba aguas más arriba, para acercar agua a las bocatomas, que distribuyen de agua entubada a la mancha urbana, y el secaron el lugar.