Policías sin armas y Guardia Nacional vigilan Taxco

Los vehículos municipales fueron arrumbados en las inmediaciones del edificio, y los estacionamientos ya los ocupan camionetas de las otras corporaciones.

El lugar se convirtió en escena del crimen.
Pablo Maldonado y
Taxco, Guerrero /

El ‘pitido’ del oficial de tránsito abre paso a las combis y taxis que se amontonan entre los callejones de piedra. Sin un arma a la vista, más que un pequeño tolete, este oficial es uno de los pocos uniformados que quedan en el servicio, como una especie en peligro de extinción, encargado de proteger y servir en las de por si ya caóticas vialidades de este pueblo mágico, que -de la noche a la mañana- se quedó sin policías.

A una semana de que la Fiscalía del Estado detuviera a por lo menos 49 elementos, al menos diez ya fueron vinculados a proceso por un juez por secuestro, desaparición forzada, homicidio y trata de personas. 

En lo que fuera hasta hace unos días la Secretaría de Seguridad, Tránsito y Protección Civil de Taxco, en la colonia Pedro Martín, hoy se convirtió en un nuevo cuartel para los elementos estatales y federales.

El gobierno de Evelyn Salgado le quitó el control de la corporación. (Foto: especial)

Los vehículos municipales fueron arrumbados en las inmediaciones del edificio, y los estacionamientos ya los ocupan camionetas de las otras corporaciones. En el lugar, nadie sabe nada.

Los vehículos municipales fueron arrumbados. (Foto: especial)

"No sé puede dar información… más que serían las autoridades que sería Fiscalía, o el ayuntamiento de aquí de Taxco", dice uno de los guardias nacionales encargados de vigilar la puerta del cuartel que queda como recuerdo de la otrora corporación.

–¿Algún encargado?—

"Allá ellos ya les podrían decir, pues aquí hay personal que viene de otros lados, venimos a reforzar aquí, nada más", insiste.

De hecho, el lugar se convirtió en escena del crimen. Durante el desarrollo de las investigaciones, resalta la declaración de una persona -quien se ostentaba como periodista- que el día de la detención de los policías, se encontraba privado de su libertad en los separos municipales. 

En su declaración ante el Ministerio Público, la persona relató que lo detuvieron, encerraron y torturaron para después obligarlo a salir a las calles para hacer labores de halconeo bajo amenazas, responsabilizando a Marino ‘N’, uno de los detenidos.

Así, fue a través de un decreto que el gobierno de Evelyn Salgado le quitó el control de la corporación al alcalde saliente Mario Figueroa. 

En entrevista, Francisco Rodríguez Cisneros, subsecretario de Desarrollo Político y Social de Guerrero, explicó a MILENIO que no tiene una vigencia de término; “Se va a dejar de estar ahí, en tanto se generan las condiciones de seguridad necesarias para que la sociedad de Taxco pueda realizar sus actividades de manera normal”, explicó.

El lugar se convirtió en escena del crimen.(Foto: especial)

Hoy, la capital de la plata en Guerrero retoma su rumbo, pero ahora custodiada por pixelados grises y patrullas con el dibujo de un jaguar; los municipales que quedan, apenas portan un tolete. De hecho en el pase de lista de este miércoles, se contabilizaron 26.

“No pueden estar armados, la propia Fiscalía, con la información que tenemos, las asegura para llevar a cabo indagatorias… Estos elementos están haciendo labores de proximidad desarmados, con tolete, recorridos en las calles”, agregó Francisco Rodríguez Cisneros.

El comercio, que en los últimos años se convirtió en víctima de extorsiones, aún tiene sus reservas. Incluso temen dar entrevistas ante las cámaras de televisión y piden guardar su identidad.

“La bronca -explica un vendedor de plata del centro- es en cuestión de los que hacen cosas mal (la delincuencia) con el que quiere desplazar (otro grupo), pero tranquilo… se ve todo bien”. De la policía, dice no sabemos qué pasó, pero ya están otra vez aquí, sin arma, pero ahí andan.

Mientras, el poco turismo que entra lo hace con precaución, como Joss, quien viajó este miércoles a comprar plata; “Yo lo había escuchado hace unos meses, pero me dijeron que ya estaba más tranquilo y bueno decidimos venir”. En cuanto a la presencia de la Guardia Nacional, refiere, “creo que sí, se siente más seguro si están ellos”.

El poco turismo que entra lo hace con precaución. (Foto: especial)

Por ahora, este pueblo de paredes blancas y techos de teja, enciende sus velas al cambio de gobierno, para que todo se reacomode: “Estamos a un mes de que se vea que va a suceder… ojalá y todo sea para bien”, confía un comerciante de plata.




HCM


  • Amílcar Salazar Méndez

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