Una Navidad diferente es la que se vivió en el año pandémico del 2020, que orilló las tradicionales reuniones familiares a congregarse en menor número de asistentes, donde la tecnología permitió acercarse de manera virtual con los seres queridos, lo cual se replicó en las posadas navideñas.
Ahora en las escuelas no hubo convivio con sonido disco, villancicos, comida y dulces, en tanto, en esta ocasión hubo quienes no se quisieron perder la oportunidad de realizarla, aunque sea de manera virtual.
Tal fue el caso del docente del área de preparatoria de la Universidad MEZE en Torreón, Jesús Bladimir Arellano Zamora, quien improvisó una posada virtual para cada uno de grupos a los que impartió clases.
“Yo veía a mis alumnos muy estresados y fatigados de las clases en línea, es muy difícil estudiar y hacer trabajos en casa. Al terminar los exámenes les pedí que colocaran adornos navideños en el espacio que comparten a los compañeros en las clases virtuales, así como proponer dinámicas y actividades en las que todos participaron”.
Como estrategia, propuso juegos como el “Simón Dice”, en el que el maestro pedía a los alumnos que acomodaran correctamente una serie de letras para descifrar la palabra que decía algún objeto, mismo que debía buscarse alrededor del hogar.
Destacó que no faltaron los hermanos o los padres que decidieron estar al pendiente de la actividad y hasta participar en ella, al ayudar a encontrar las cosas que se pedían para intentar ser de los primeros en presentarse y ganar el juego.
“Los vi jugar como niños, corrían, le pedían ayuda a la mamá o a los hermanos, algo que no me esperaba, que estuvieran ahí detrás de la cámara y salían corriendo para buscar las cosas”.
Entre otras actividades, el profesor pidió que realizaran una carta para algunos de sus amigos de clase para fortalecer los lazos de amistad en medio de una nueva normalidad. Incluso hubo algunas sesiones donde los alumnos se pusieron de acuerdo y organizaron una cena de navidad a distancia.
El profesor Bladimir pone énfasis en lo mal que la están pasando los adolescentes con el confinamiento, aunado al estrés y la ansiedad generado por el encierro, por lo que consideró importante sacar a los jóvenes de esa esfera de incertidumbre, para llevarlos a una de alegría y convivencia con una posada virtual a sus alumnos.
“En cada grupo había una dinámica diferente y cada grupo me respondía diferente, pero logramos realizar una posada con las condiciones que tenemos al ser grupos grandes y al ser imposible hacer una posada como nos hubiera gustado”.
EGO