Entre abandono y maleza, así luce el predio donde se plantea el Podecobi en Hidalgo

La zona permanece sin actividad relevante previo a la consulta ciudadana del 14 de diciembre.

Así lucen los terrenos en los que se pretende construir el Parque Ecológico y de Reciclaje en Hidalgo. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Tlaxcoapan /

El polígono de lo que pretendió ser la refinería Bicentenario luce en abandono, como si fuera un baldío más; apenas una fracción se utiliza actualmente para la clínica familiar y para el nuevo hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Lo demás es un terreno agreste en el que continuamente se registran incendios de pastizales, muy vistosos por la extensión.

En estos terrenos, que ahora serían ocupados para la construcción del Parque Ecológico y de Reciclaje que pretende desarrollar el gobierno federal, se percibe una calma y tranquilidad que apenas es interrumpida por el tránsito de camiones que circulan sobre la autopista Arco Norte, vía que colinda con el polígono.

El área extensa se encuentra cubierta por pastizales y matorrales, tierras que alguna vez fueron muy productivas y de las que emergían diversos cultivos, pero hoy la maleza se apodera de cientos de hectáreas rodeadas interrumpidamente por una barda.

Apenas algunos coches circulan por los caminos parcelarios aledaños, que en tramos parecen laberintos que conducen a sitios inciertos, pues hacia donde se vea hay hierba, mezquites y árboles de pirul.

Inseguridad y abandono en el predio de

La zona se percibe sumamente insegura por diversos factores, como la maleza, la falta de iluminación y la ausencia de vigilancia.

El silencio del área se impone y, a veces, es interrumpido por algún camión de carga ruidoso, pero no más. Ahora ya no hay tractores ni campesinos trabajando en lo que alguna vez fueron sus tierras. El agua negra en el canal cruza la zona, pero ya no riega parcelas; solo es una vía de paso hacia zonas agrícolas activas.

Ese abandono lo han aprovechado vecinos de la zona para tirar basura doméstica y escombros, y la delincuencia, para abandonar autopartes de vehículos desvalijados. Todo esto se mezcla con la maleza del lugar. Además, en tiempos de lluvias hay lodazales que dificultan el paso por la zona.


En el área contigua al hospital hay una cantera de donde se extrae material para las obras del nuevo nosocomio. También pastores llevan a sus animales junto a la barda del polígono para alimentarlos, pero no hay más actividad: es un paraje solitario.

A lo lejos se ve la estela de emisiones de la refinería Miguel Hidalgo, la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del parque industrial Atitalaquia, así como la mancha semiurbana que rodea este oasis que, de concretarse el proyecto, se convertiría en un parque ecológico y en una estación de reciclaje a gran escala.

Los grupos ambientalistas han pugnado desde hace años, y ante diferentes gobiernos, por convertir el polígono en un bosque, un pulmón para limpiar la contaminación que emana de la zona industrial contigua. La extensión es amplia, lo que ha motivado la insistencia de este pedido.

Así, el predio que pertenece tanto a Tlaxcoapan como a Atitalaquia está en espera de que se decida su futuro el próximo domingo durante la consulta ciudadana, para determinar si se construye o no el proyecto de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.


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