Desde hace cuatro años, Romeo Piñón, productor de la flor de cempasúchil en el municipio de Tehuantepec, ha impulsado el cultivo con semillas criollas, produciendo flores de mejor tamaño y con un aroma característico.
Por décadas, los cultivos de esta flor criolla de cempasúchil mantuvo a México como el principal productor a nivel mundial, lugar que se perdió en el año 2000 cuando una empresa de la India se interesó en la creación de una semilla sintética.
A pesar de las dificultades, las pocas lluvias y el recurso para sembrar, Romeo logró mejorar y seleccionar su semilla.
“Las semillas que nosotros producimos, es semilla de nuestra región, es decir, al término de la temporada de todo santos, nosotros seleccionamos las mismas flores de nuestra región y esa es la que nos ayuda a ser el almácigo del próximo año”.
Para productores como Romeo, la introducción de flores de semilla sintética les afecta, y están dispuestos a mantener este cultivo.
“Hay la introducción de las flores en la modalidad de maceta, pero no se compara con la producción de nuestra flor se caracteriza por un olor, desprende un olor”.
Desde hace varios años la producción de flores criollas ha disminuido, por lo que productores como Romeo intentan mantener la identidad de esta planta.
VJHM