Al menos, 75 por ciento de los trabajadores sufren ante factores estresantes emocionales e interpersonales relacionados con el trabajo, fenómeno que lleva por nombre Síndrome de Desgaste Ocupacional (Síndrome de Burnout).
Ángel Díaz Merigo, especialista en recursos humanos, en su visita a la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que uno de los problemas de las empresas es que la gestión del personal se encuentra subordinada a las direcciones administrativas, lo que convierte al talento humano en un elemento sujeto a las capacidades económicas de la organización.
“Una organización con sabiduría se entiende como un sistema donde la tecnología, la administración y el factor humano coexisten de manera funcional”, apuntó el especialista.
Señaló que, en el pasado, los empleos tradicionales consistían únicamente en la satisfacción de las necesidades básicas: trabajar para vivir; mientras que, en la actualidad, los nuevos sistemas deben aspirar a la participación, reconocimiento y motivación para desarrollar la vocación y una mayor libertad de acción.
Las políticas públicas de los últimos 70 años han obviado las demandas de mejores condiciones laborales; mientras que las normativas surgidas desde finales de los años 80 redujeron el desarrollo integral de los trabajadores y los limitaron a cumplir con sus obligaciones laborales que puede ser considerado un proceso de “robotización”.
Actualmente, México cuenta con la NOM-035-STPS-2018 que fue una respuesta legislativa a las alertas de instancias internacionales sobre los daños psicosociales de los trabajadores en diferentes espacios laborales.
“Se trata de una propuesta que pretende romper con cánones históricos. El trabajo, sobre todo el manual, siempre ha sido menospreciado tanto por empleadores como por el sistema económico. Dicha tendencia prevalece en la actualidad”, explicó.
El Gobierno de México define a la NOM-035-STPS-2018 como una estrategia para la identificación, análisis y prevención de factores de riesgo psicosocial en el trabajo; sin embargo, su implementación se vio marcada por la pandemia de la covid-19.
“La covid-19 aterrizó en territorio nacional, justo a unos meses de que la norma se ejecutara en lo general e impactó en su implementación específica”, apuntó.
Ante los nuevos retos, los responsables de las áreas de contratación y bienestar laboral deben asegurar la sabiduría organizacional de las empresas y dejar de ser gestores del personal para asumir un compromiso de vinculación.
“Su compromiso debe estar vinculado con el valor humano y el respeto a la ética profesional, lo que requiere un amplio conocimiento de los distintos perfiles que integran un ecosistema de trabajo. Tienen que ser personas creativas y buscar cómo lograr que la gente sea feliz en el trabajo. Los debe llevar hacia adelante el amor por la gente”, exhortó a los estudiantes de recursos humanos.
Por último, Díaz Merigo crítico con la cultura académica que premia los conocimientos teóricos y técnicos por encima de la calidad humana y llamó a emplear la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas.
CHM