En el municipio de Aljojuca, localizado en la parte centro del estado de Puebla y al pie de la serranía donde se encuentra el volcán Citlaltépetl, más conocido como Pico de Orizaba, se encuentra el axalapasco de Aljojuca, una formación volcánica donde están sobrepuestos dos cráteres que conforman esta laguna.
Omar Casiano Juárez, promotor e historiador de la localidad, indica que el nombre de Aljojuca proviene de las palabras en náhuatl “Atl”, que significa agua; “Xoxouhqui”, que significa azul o color de cielo; y “Can”, que significa en.
“Por lo tanto, Aljojuca significa ‘en el agua azul celeste’. Mientras que el nombre de la cabecera municipal es Villa de Aljojuca de Cuauhtémoc, en honor al último emperador azteca”, señala el historiador local.
Asimismo, apunta que los axalapascos son grandes cuerpos de agua que se formaron tras una explosión de un volcán; esta es la razón por la cual se les conoce como lagunas cráter.
Añade que en el caso de la Laguna de Aljojuca también es conocida como un maar, “que hace referencia a los lagos que ocupan cráteres de antiguos volcanes”.
Omar Casiano precisa que un maar es un cráter volcánico ancho y bajo, producido por una erupción freático-magmática, es decir, una explosión causada por agua subterránea que entra en contacto con lava caliente o magma.
“Los maares suelen llenarse de agua, formando un lago de cráter o laguna cratérica de poca profundidad”.
Informa que el maar de Aljojuca tiene aproximadamente un kilómetro de diámetro y se encuentra en una depresión de unos 400 metros de profundidad, mismos que se pueden bajar fácilmente por el acceso de terracería que ha sido acondicionado para el descenso y ascenso de automóviles.
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Respecto al agua que contiene, da a conocer que es dulce con una muy alta concentración de minerales y azufre, lo que provoca que durante el invierno sufra un cambio llamado azuframiento, lo cual causa que cambie de color azul intenso a un verde esmeralda.
Casiano resalta que su arribo es fácil, pues se encuentra a pie de la carretera 144, que inicia en el poblado de San Salvador el Seco, a hora y media de la ciudad de Puebla, unos 88.8 kilómetros de recorrido.
Comenta que en dicha vialidad se encuentra un mirador, lo mismo que en la Iglesia del Santo Calvario, ubicada en la primera Sección de la cabecera. Refiere que en esa área, o lado norte de la laguna, existe una parte arbolada donde algunos visitantes llegan a acampar.
Apunta que en el costado sur existen grandes acantilados prácticamente verticales con senderos de apenas unos metros entre la pared de roca y la laguna. Además, en dicha zona también se localiza una pequeña capilla donde la gente se suele reunir para participar en algunos ritos religiosos.
En cuanto a la profundidad del agua contenida en la laguna, reconoce que existen pocos datos al respecto, aunque se comenta que en la última década ha sufrido una disminución derivada de la sequía y calentamiento global.
Cabe señalar que en el municipio de Aljojuca, Puebla, también se localiza el cráter laguna de San Miguel Tecuitlapa, donde hasta hace algunos años el agua alcanzaba una altura promedio de tres metros, hoy está completamente seca.
Las autoridades y pobladores de la localidad reportan que este axalapasco, el cual tenía cerca de mil 400 metros de largo y en su parte más ancha medía unos 200 metros, empezó a sufrir una pérdida de su volumen de agua a partir de 1973, cuando se registró el terremoto del 28 de agosto, con una magnitud de 7.3 grados en la escala de Richter, aunque el sismógrafo de Veracruz afirmó que alcanzó los 8.7 grados, teniendo como epicentro al vecino municipio de San Andrés Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán.
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Las leyendas de la laguna
La de Aljojuca es una laguna llena de historias y leyendas derivadas de la imaginería de la población.
Una de ellas cuenta que hace mucho tiempo en esa población vivía una joven mujer, la cual se dedicaba a cuidar a sus vacas. De acuerdo con la leyenda, la mujer tenía una vaca que siempre le daba problemas, pues se le perdía y regresaba con las pezuñas mojadas.
Un día de regreso a su casa, la joven pensó: “Mañana la seguiré para saber a dónde va”. Al día siguiente la estuvo vigilando y cuando notó que se separaba de las demás decidió seguirla. Después de caminar un rato, la encontró detrás de unos matorrales y junto a un pequeño manantial bebiendo el agua más cristalina que había visto. Eso la hizo sentir el deseo de bañarse en esas aguas, tarea que haría al día siguiente.
De esta forma, la pastorcita acudió junto con sus vacas al citado manantial, se desnudó, se soltó el pelo, tomó una jícara que había llevado de su casa y se echó agua en la cara cerrando los ojos.
La leyenda indica que cuando abrió los ojos, ella estaba en medio de la laguna pues ésta había crecido enormemente quedando atrapada entre sus aguas. Por ese motivo, en este axalapasco solo se ahogan puros hombres, ya que ella los llama, porque se siente muy sola.
De acuerdo con los pobladores con el tiempo la mujer se convirtió en sirena y solo puede ser vista el día 24 de junio a las 12 de la noche, ya que ese es el Día de los Encantos. Con el paso del tiempo hay gente que asegura haberla visto y algunos más escuchado sus cantos.
Algunos más cuentan que al empezar a crecer la laguna salía un temible monstruo acuático y la gente puso una reja para evitar que saliera a donde toda la gente iba por agua. Hay quien dice que la reja aún existe y ha sido vista por distintos grupos de buzos que han hecho inmersiones.
También dicen que al haber subido tanto el nivel del agua la gruta de abastecimiento se agrandó y el monstruo pudo salir y ahora la sirena es quien vigila y cuida que no salga, pero a veces tiene miedo y por eso se lleva a un hombre de vez en cuando para que no se sienta sola y tenga alguien que la proteja.
Otra versión cita que la mujer era una niña que llevaba a sus borregos a pastar cerca de una barranca. En una ocasión, uno de los borregos se perdió; la pastorcita lo buscó pero no tuvo éxito.
Por la noche, el borrego regresó, pero tenía todo su hocico mojado. A la niña le llamó la atención esto, pues no había pozos ni cuerpos de agua cerca. El borrego volvió a desaparecer al día siguiente, y nuevamente regresó por la noche. Y otra vez, el animalito tenía su hocico mojado.
Ante esto, la pastorcita decidió ponerle un cascabel al borrego para poder seguirlo. Así lo hizo, al día siguiente, cuando el borrego comenzó a alejarse, la pastorcita lo siguió gracias al ruido del cascabel.
El borrego bajó a la barranca y comenzó a beber agua de un charco que estaba en el centro de ésta. A la niña le sorprendió la existencia del charco, pues no era época de lluvias. Intrigada por la presencia del agua, comenzó a escarbar y escarbar. Cuando la pastorcita tocó el charco, el agua comenzó a subir su nivel, hasta inundar completamente la barranca.
La leyenda cuenta que la niña pastora se ahogó y posteriormente se transformó en una sirena, gracias al agua encantada de la laguna. Otra de las historias que se cuentan en Aljojuca es que brujas se apoderaron de la laguna y por las noches vuelan sobre esta mientras se carcajean. Estos sonidos llaman a los hombres, quienes intentan atraparlas, pero terminan ahogándose.
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