El 10 de Mayo es uno de los días de más trabajo para María de Lourdes Rodríguez López, empresaria dedicada al negocio de la pastelería y madre de tres hijos. El día en el que se festeja a las madres de familia representa la venta más alta del año para su negocio: de la mano de sus colaboradores elabora y comercializa alrededor de 400 pasteles a través de una cadena con seis sucursales que emprendió desde hace dos décadas.
Para María de Lourdes, ser mamá se traduce en educar corazones; mientras que, como empresaria, la creatividad es clave para enfrentar situaciones adversas como la pandemia.
“Me considero una mujer fuerte, de convicciones y valores muy firmes, apasionada en lo que hago. Lo que hago, siempre lo hago con el corazón. Si tuviera que definirme, en una palabra, sería valiente, no porque no tenga miedo, sino porque en todas las situaciones voy frente a las cosas cuando veo una oportunidad”, destaca María de Lourdes en entrevista para MILENIO Puebla.
Siendo niña conoció su gusto por los postres y, alentada por su madre, comenzó a cocinar pasteles. En algún momento consideró a la medicina como carrera profesional, sin embargo, “el corazón me dijo por aquí vas” y optó por la gastronomía.
Inició su negocio en el año 2002 en un pequeño local ubicado en el municipio de San Martín Texmelucan. Su pasión por la repostería la llevó a emprender y, al mismo tiempo, empatar su vida como madre de familia. Ahora, encabeza la firma Nussett, un concepto que combina la venta de pasteles, postres, accesorios para eventos y cafetería. Cuenta con seis sucursales en San Pedro y San Andrés Cholula, Huejotzingo, Puebla capital y zona Angelópolis.
María de Lourdes Rodríguez López reconoce que el camino como empresaria y mamá ha sido un reto; sin embargo, a pesar de las adversidades, está dispuesta a trascender y a crear corazones.
“Soy hija de una mujer que se dedicó toda la vida a trabajar, no sabes lo complicado que es hasta que te toca. Es trabajar el doble, mental, física y psicológicamente, la maternidad te absorbe mucho, pero siempre como trabajadoras sacamos la casta. Ser mamá significa dejar un pedazo de mí y trascender, una tarea de criar y crear corazones”.
En una fecha como es el 10 de mayo, María de Lourdes destaca que el motor de vida son sus tres hijos -dos mujeres y un varón-, a quienes no solo busca heredar sus conocimientos en alta repostería y los sabores que plasma en cada pastel, sino transmitirles valores y proporcionarles herramientas para la vida.
“Ellos se enfocan mucho en la ciencia. Una dice que quiere ser doctora. No sé si alguno quiera heredar el negocio, pero siempre les he dicho que nunca está demás aprender. Ellos saben desde decorar un pastel, hacer detalles, atención y servicio al cliente. Se han ido haciendo especialistas desde muy pequeños. Me han ayudado, también, a atender el negocio para que sepan el valor de las cosas”.
La situación de emergencia a causa del covid-19, representó la oportunidad de fortalecer vínculos en familia y como empresaria, un periodo para pensar en nuevos proyectos.
“Más que una situación compleja, fue empezar a vernos hacia dentro y vernos como familia. Fortalecer vínculos y mantenernos vivos fue nuestra prioridad. Ahorita que estamos trabajando más en forma, nos ha llevado a hacerlo con mayor pasión, movernos más rápido, tomar esa decisión y expandir hacia otros lugares”, comentó.
Para María de Lourdes, el 10 de mayo es una fecha especial, aunque “como mamá nunca me ha tocado festejarlo como tal. No me ha tocado pastel, dicen mis hijos para qué si yo hago pasteles, pero el 10 de mayo es el día más importante del año para nosotros como pastelería. Es el día en que todos queremos apapachar y consentir a las mamás. Para nosotros es un día de mucho trabajo”.
CHM