La ciudad de Puebla llega al 491 aniversario de su fundación convertida en una zona metropolitana que, con el ritmo actual de crecimiento poblacional, alcanzará los 3.2 millones de habitantes para 2031, es decir, para cuando cumpla cinco siglos.
De acuerdo con el análisis “Vulnerabilidad social y cambios ambientales en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala”, encabezado por investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) el crecimiento acelerado de la Angelópolis detona corredores, centros y núcleos de elevada vulnerabilidad natural y social para su población.
El aumento del parque vehicular; la contaminación de ríos, lagos y cuerpos de agua; la falta de mantenimiento de diversas zonas industriales y comerciales; así como el creciente robo de combustible de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), son situaciones que ponen en elevada vulnerabilidad a todos los habitantes de la metrópoli poblana.
En el último siglo, al realizar un recuento de los desastres en la zona de Puebla, se tienen registrados siete sismos de elevada intensidad, entre 6.5 y 7.3 grados, y se conocen las consecuencias de severas contingencias, como el calentamiento climático.
Ante el dinamismo social, Puebla ya es una zona metropolitana que concentra 31 municipios, de los cuales 12 corresponden al estado de Puebla y 19 al de Tlaxcala, entre estos las capitales. Los municipios de Puebla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Amozoc, Cuautlancingo y Coronango, así como los tlaxcaltecas San Pablo del Monte, Papalotla y Tenancingo, son los que han presentado mayor expansión de la mancha urbana desde 2010, destaca el estudio.
Ante este escenario y la posibilidad de que continúen presentándose más desastres, se requiere de la formulación de un modelo de gestión social que integre campañas de difusión y educación para la prevención civil, financiamiento para la atención de la vulnerabilidad social, así como la participación de los sectores público, social y privado, propone la investigación.
El componente del modelo de gestión social debe ser un código de ética que coloque a los derechos humanos como principal eje, explicó Sergio Flores González, investigador de la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios.
“El problema es que no existe una cultura de prevención para atender los posibles efectos de los cambios ambientales en la vulnerabilidad social, ni en la ciudad de Puebla y menos en el resto de los municipios que conforman la metrópoli”, destaca el investigador.
La población de la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala (ZMPT) está pasando de 2.7 millones de habitantes registrados en 2015 a 3.2 millones para 2031, ante lo cual, se requiere identificar las causas centrales que propician los cambios ambientales y sus efectos en la vulnerabilidad social de la ZMPT.
Para el investigador, un modelo de gestión social para Puebla tiene el objetivo, en esencia, de preservar la vida y la seguridad de millones de personas, así como la inversión y los activos en infraestructura económica y social.
A casi cinco siglos de la fundación de Puebla, pese a las previsibles implicaciones de este crecimiento y no obstante la presencia de fenómenos naturales que han ocurrido en la Zona Metropolitana de Puebla-Tlaxcala como sismos, lluvias atípicas, inundaciones y vulcanismo, la curva de aprendizaje es lenta.
“Durante las recientes décadas, vemos que no hay una adecuada campaña de difusión para hacerles frente, ni la generación de una educación ni cultura de la prevención civil que anticipe y prepare a la población para atender estos problemas”, explica el investigador.
Actualmente, en Puebla, los fenómenos naturales se suman a los cambios ambientales producidos por la mano del hombre como la deforestación de extensas zonas de áreas verdes, los cuales están complicando la problemática social.
AFM