El consumo de alcohol adulterado se considera un serio problema de salud pública ya que contiene sustancias nocivas para quien lo ingiere debido a la alta toxicidad y mortalidad asociada a ellas.
Para la fabricación de bebidas alcohólicas debe emplearse alcohol etílico de origen vegetal, pero se ha encontrado en productos de origen informal, que para su elaboración utilizan diversas materias, principalmente al metanol, el cual es un tipo de alcohol muy tóxico, que se produce industrialmente y que puede ser añadido como un sustituto del alcohol etílico para adulterar las bebidas alcohólicas.
También han sido identificadas otras sustancias tóxicas como el propanol, el etilenglicol, los aldehídos, entre otras, buscando que la bebida resultante tenga un sabor muy parecido al de las originales que conocemos, pero con una diferencia esencial: modifican los procesos de destilado y las materias primas para reducir los costos del producto.
El metanol contenido en este tipo de productos puede afectar directamente el nervio óptico y causar ceguera, provocar secuelas neurológicas, hepáticas e, incluso, la muerte.
De acuerdo con un informe publicado por el Gobierno de México sobre el uso de sustancias nocivas para la salud, como el metanol en bebidas alcohólicas, ingerir estas sustancias puede provocar desde irritación de membranas mucosas, hasta daños al sistema nervioso central, hígado y riñones.
De acuerdo a la revista de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), los síntomas más comunes si uno cree haber ingerido una bebida adulterada, son: un estado de embriaguez más rápida en el sujeto, náuseas, vómito, cefalea o dolor de cabeza e irritación gástrica. Por supuesto, en el caso más severo de intoxicación el individuo puede quedar ciego, estado de coma o hasta la muerte.
Cabe mencionar que el metanol es usado como solvente, combustible, plastificante y en la producción de pinturas, barnices, cementos, tintas, plásticos, colorantes, entre otros.
Se estima que los efectos del metanol inician entre los 30 minutos y las 72 horas después de haberlo consumido.
Los síntomas de una intoxicación por este consumo son intenso dolor de cabeza, mareo, sueño excesivo, vértigo, visión borrosa, destellos alrededor de los objetos, dolor abdominal, vómito, dificultad para respirar, corazón lento (bradicardia), convulsiones, incoordinación motora y pupilas dilatadas. Es imperativo, ante la presencia de ellos, ir al médico.
Si usted llega a presentar alguno de estos síntomas después de haber consumido una bebida que considere adulterada, o está atendiendo a una persona que pudo hacerlo, le explicamos qué puede hacer: Primero llamar al 911 o al número local de emergencias de inmediato.
Nunca asuma que la persona dormirá hasta que la intoxicación por alcohol desaparezca, por ello es necesario que evite que se duerma. No la deje sola, especialmente si la persona está inconsciente.
Evita que se caiga si está de pie o caminando. Proteja su entorno y evite que siga consumiendo más alcohol.
Si vomita trate de que su cabeza esté hacia abajo, si la persona se encuentra de pie, y si está tumbado, colócalo de lado, para evitar que se aspire en caso de vomitar.
Abrígale para evitar hipotermia ya que puede presentarse una disminución de la temperatura corporal que se verá agravada por el efecto del alcohol.
Háblale con tranquilidad, para evitar que se altere. Si nota un ambiente sereno y tranquilo, la persona también lo estará.
No le dé nada de beber, tampoco emplee remedios caseros como el consumo de café con sal o una bebida similar. No le induzca el vómito, ni le anime a ello.
CHM