Tras una serie de asesinatos, secuestros y ataques, tanto entre integrantes del crimen organizado como hacia la población civil, finalmente dos de los cárteles con mayor presencia en Guerrero han alcanzado un acuerdo para no atacarse mutuamente, al mismo tiempo que han delimitado sus territorios en el estado.
El pacto entre los líderes implica que cada grupo permanecerá en los territorios que ya controla y renunciará a la expansión, lo que pondrá fin a los enfrentamientos que antes resultaban en víctimas mortales de ambos bandos.
Sin embargo, este logro no habría sido posible sin el apoyo y la contribución de cuatro obispos, quienes lograron organizar y reunir a los líderes de La Familia Michoacana y Los Tlacos en Guerrero.
Estos cuatro obispos, provenientes de Chilpancingo, Tlapa de Comonfort, Acapulco y Ciudad Altamirano, lograron lo que las autoridades no: traer paz a Guerrero.
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¿Quiénes son los obispos que pacificaron Guerrero?
La intervención de los obispos como agentes neutrales, sin interés en apoyar a ningún bando, fue crucial para poner fin a la ola de violencia que afectaba a Guerrero, a continuación, te contamos quiénes son.
Chilpancingo
José de Jesús González Hernández, obispo de la capital guerreense, quien en 2022 se ofreció como un "mediador" entre los grupos criminales, aseguró que buscaba amistarse para evitar que lo pudieran asesinar.
El obispo reconoció tenerles miedo a las armas, y por eso mismo, buscó ofrecerles su amistad a los integrantes del crimen organizado, pues "no me vayan a querer cazar y se les escape un tiro".
En su momento, aseguró no tenerle miedo a la muerte, pues, para él, quizá sería lo que se necesita para alcanzar la paz: "¡mártires!".
Tlapa de Confort
Dagoberto Sosa Arriaga, nacido originalmente en Puebla en 1955, es el actual obispo de Tlapa de Confort desde 2013.
Sosa Arriaga fue uno de los principales impulsores de la localización de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014, además fue uno de los integrantes de la diócesis de Guerrero que pidió una propuesta al Poder Judicial de la Federación para crear una Comisión de la Verdad para este mismo caso.
En 2017, Dagoberto Sosa le solicitó al consejo a su entonces homónimo de Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, un consejo para que el crimen organizado no le cobrara piso a su iglesia.
Desde entonces, ha sido uno de los mediadores y defensores que buscaron pacificar el estado, con el fin de que la sociedad dejara de ser víctima del crimen organizado.
Acapulco
Leopoldo González González, obispo del puerto acapulqueño desde 2017, resaltó su descontento social ante la presencia del crimen organizado en Guerrero.
"En nuestro estado no podemos quedar en silencio, porque como obispos estamos llamados a ser profetas y constructores de la justicia y de la paz", dijo en febrero de 2024.
González ha sido uno de los principales protagonistas en su intento de que el crimen organizado y el gobierno de Guerrero alcancen un acuerdo para detener la ola de violencia.
En 2021, sostuvo que se necesita convocar un diálogo por la paz en el que se incluyan a los líderes del crimen organizado que se estaban disputando las ciudades.
Ciudad Altamirano
Joel Ocampo Gorostieta, obispo del municipio de Pungarabato, en la Tierra Caliente de Guerrero, también fue uno de los responsables en apoyar el cese de violencia en el estado.
Nacido en Michoacán en agosto de 1963, Ocampo Gorostieta fue obispo de Tacámbaro, en 1989, antes de ser delegado a Altamirano.
También fue uno de los obispos que demandaron detener los enfrentamientos por el bien de las decenas de familias que fueron desplazadas por la violencia en Guerrero.
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Los otros mediadores
José Filiberto Velázquez Florencio
También conocido como 'Padre Fili', Velázquez Florencio ha sido una de las figuras mediadoras más importantes de Guerrero.
Como director del centro de Derechos de las Víctimas 'Minerva Bello', y proveniente de Guadalajara, el 'Padre Fili' también ha sido una víctima del crimen organizado, pues el octubre de 2023 sufrió un atentado al salir de la escuela Normal de Ayotzinapa.
Velázquez Florencio reveló en febrero de 2024 que él intervino personalmente para lograr el acuerdo entre el crimen organizado, a su vez, ha sido un duro crítico sobre los avances que otros obispos logran en el mismo tema, pues en 2023 señalaron un "fracaso" al lograr dicha tregua, lo que él no apoya, pues "juntar a los líderes del crimen organizado" es un avance desde su punto de vista.
Además, él fue quien anunció el 15 de febrero que 'Los Tlacos' y 'Los Ardillos' habían logrado alcanzar un acuerdo de no violencia en el estado de Guerrero.
MO