La fuerza del oleaje producida por el impacto de los huracanes categoría 1, Gamma, a inicios de octubre y Zeta, 20 días después, dañó gravemente los corales de las áreas marinas protegidas en Puerto Morelos, Cancún, Islas Mujeres y Tulum, en Quintana Roo, que ya estaban resentidos por la tormenta tropical Cristóbal, de junio.
Cerca de 80 brigadistas emprendieron la restauración de las colonias de coral que forman parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, el segundo sistema más grande del mundo, informó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
“La gravedad es muy alta, porque estos corales tienen miles de años en el sitio y tardan mucho en crecer, entonces, el que se hayan roto es un impacto fuerte y es un grave daño. Si no entramos con las brigadas a tratar de hacer esta restauración significaría que dejarían de proveer la protección a las costas cuando se vuelva a tener otro fenómeno similar”, señaló Yadira Gómez Hernández, directora de la Región Península de Yucatán de la Conanp.
En entrevista con MILENIO, Gómez Hernández explicó que el más afectado es el coral cuerno de alce y cuerno de ciervo (acropora palmata), considerado uno de los corales de arrecife más importantes en el Caribe, que además de constituir una importante barrera contra ciclones tropicales, son importante hábitat de especies marinas.
“Los corales cuerno de alce y cuerno de ciervo son los que reciben el impacto de los oleajes, pero esta vez fue fuerte el impacto que rompieron sus ramas y es donde se ha tenido la mayor afectación. Por eso se echó andar las brigadas de restauración de corales, que sería muy similar a cuando hay brigadistas para la atención de incendios forestales”, indicó la experta.
El impacto afectó especialmente a la zona norte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, comprendida en los municipios de Benito Juárez, Puerto Morelos, Solidaridad y Tulum, en Quintana Roo; en el área natural protegida Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, así como el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos y el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, donde continúan realizando recorridos para identificar la magnitud del daño.
“Posterior al huracán, en cuanto el clima lo permita, se evalúa el daño. Se recorren con snorkel, es una evaluación rápida y van observando los brigadistas cuál es el grado de daños, qué tanto se rompió y después de esto se pasa la respuesta primaria que es el colectar los fragmentos o pegarlos o a veces, nada más se reacomodan las colonias”, dijo.
Los brigadistas usan cemento o cinchos de plástico para pegar los fragmentos y tratar de unir las colonias. Asimismo, colocan bolsas de izaje, en las que los buzos introducen el aire de los tanques de oxígeno “porque son colonias muy grandes, entonces con esto se apoya para que flote la colonia y tratar de enderezarla”, explicó Gómez Hernández.
“Es un trabajo especializado, arduo, pero es importante hacerlo porque los corales nos proveen de toda esta protección a la zona costera, porque implica la biodiversidad del sitio y porque la gente que viene a Cancún, todos los turistas, vienen hacer actividades en el arrecife. Por eso es prioritario cuidar nuestros ecosistemas”, indicó.
La directora regional comentó que el equipo de brigadistas está integrado prestadores de servicios turísticos, principalmente por mujeres, que trabajan de la mano de investigadores y personal de las áreas naturales protegidas, junto con el apoyo del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) y organizaciones como The Nature Conservancy (TNC) y Arrecife Saludable, así como la Secretaría de Medio Ambiente local.
lp