“Cuando supo que iba a nacer, mi papá pensó que yo sería niño; pero desde el momento en que se enteró que era una niña, me rechazó”, así comenzó su relato Renata Juárez, quien desde los cuatro años comenzó a asistir a marchas, movilizaciones y conferencias a favor de la mujer y ahora, a sus 11 años, se considera feminista.
Bajo golpes, apodos ofensivos, violencia física y psicológica, la pequeña vivió los primeros años de su vida con una luz interior apagada, hasta que su madre Vannessa Alejandra Juárez decidió separarse de su esposo, quien fue su violentador por muchos años.
“Yo crecí en un ambiente de violencia. Cuando supo que yo iba a nacer, mi papá pensó que sería niño y compró todas las cosas de color azul, cosas para ‘hombre’; cuando vio que era niña me rechazó, él ejercía violencia física y psicológica en contra de mi mamá y mía, eso fue por muchos años”, narró con tristeza la pequeña.
Las peleas, gritos y golpes fueron aspectos “normales” con los que creció Renata Juárez, los cuales repercutieron en su crecimiento, aprovechamiento escolar y en la convivencia social con niños de su edad, ya que tenía miedo al rechazo y al maltrato.
“Fue una etapa muy difícil para la familia, el poder liberarnos de nuestro agresor, quien se suponía nos tenía que proteger. Comencé el proceso de divorcio y desde ese momento, la vida de mis pequeños cambió”, comentó la madre de la niña.
El comienzo del feminismo en Renata
“Desde que tenía cuatro años mi mamá me comenzó a llevar a marchas, acciones y eventos feministas. Yo copiaba lo que hacían otras mujeres, como las canciones, las consignas y los movimientos. Me fui dando cuenta de la situación en la que estábamos las niñas y mujeres, por lo que me comencé a involucrar”, narró Renata.
No obstante, su mamá aclaró que en ningún momento obligó a la menor a acercarse al feminismo, pues respeta las decisiones de sus hijos, sin embargo, creció en un ambiente de mujeres unidas que luchan por una misma causa.
“Cuando Renata era más pequeña fue una figura importante para las niñas de Puebla y San Pablo del Monte, tanto que fue la imagen de carteles de festivales para niñas y páginas feministas hasta de otros estados”, dijo.
Durante su etapa escolar, Renata fue calificada como “rebelde” por tener un pensamiento diferente e incluso defender a sus compañeras en algunas situaciones, por lo que se ganó el desacuerdo de algunos de sus docentes.
“Renata siempre ha sido una niña inquieta. En la escuela un día una maestra la regañó por trepar un árbol con el uniforme escolar, por lo que se le vio la ropa interior; esto desató un llamado de atención, por lo que Renata se enojó, ya que limitaban su libertad y actividades siendo una niña”, comentó.
Como acto de rebeldía y sátira, madre e hija crearon el cuento 'A Marisol se le vió el calzón', el cual fue repartido en la institución para que las niñas también pudieran usar pantalón como uniforme y no fueran limitadas en las actividades que los niños podían realizar sin recibir regaños.
Nace Festival Feminista para Niñas
Con el objetivo de evitar la violencia en niñas, Vannessa y Renata crearon en 2017 el Festival Feminista para Niñas, donde ofrecen pláticas educativas, de sexualidad, prevención de violencia, orientación sexual, la menstruación, entre otros temas que no se hablan por tabú.
“Fue un 30 de abril del 2017 que decidimos realizar este festival con niñas, nuestras vecinas, hijas de amigas, hasta que se convirtió en una comunidad para las pequeñas y sus madres. Es un espacio en el que todas nos ayudamos y compartimos situaciones que a veces callamos, como ser víctimas de violencia, esclavitud o prohibición”, aseguró Vannessa.
La página tiene un total de 3.2 mil seguidores y poco a poco ha crecido con la participación de mujeres que llegan para solicitar apoyo. Para festejar cinco años de su creación, el sábado 30 de abril en punto de las 15 horas se celebrará la décimo primera edición del festival feminista en San Pablo del Monte y el domingo 1 de mayo transmitirán desde la ciudad de Puebla a las 12 horas.
AFM