Restauro muebles y quiero aprender carpintería: Dulce Pereda Ezquerra

Para la síndica del Ayuntamiento de Torreón, la fuerza ha sido la característica predominante en las mujeres de su familia; se dice amante de los felinos y tiene a su cuidado a siete.

Dulce María de las Mercedes Pereda Ezquerra, síndica del Ayuntamiento de Torreón. | Mauricio Román
Brenda Alcalá
Torreón, Coahuila /

Uno de sus pasatiempos favoritos es la restauración de muebles, y quiere aprender carpintería. Le gusta la cumbia como buena lagunera, los lonches de carnitas y está por cumplir 55 años. Dulce María de las Mercedes Pereda Ezquerra es actualmente Síndica del Ayuntamiento de Torreón. La fuerza ha sido la característica predominante en las mujeres de su familia. Se dice amante de los felinos y tiene a su cuidado siete a los que considera las mascotas ideales.

¿Cuántos años tienes y dónde naces?

Voy a cumplir 55 años en julio y nací en Torreón.

¿Cómo está integrada tu familia?

Soy la más chica de siete hermanos. Solo fuimos dos mujeres. Creciendo entre ellos aprendí a defenderme y a pugnar por los derechos de las mujeres entre un mundo de hombres. Definitivamente fui la consentida de mi papá y de mi abuelo y las mujeres de mi familia siempre han sido como dicen, echadas para adelante.

¿Dónde cursaste tus estudios?

La primaria en el Colegio Los Ángeles, después fui Pereyra hasta la Preparatoria y Diseño Gráfico en ISCYTAC en donde encontré amistades entrañables, muy padre época, hice una Maestría en Innovación Educativa y otra en Alta Dirección en Turismo Rural en línea por la Universidad en Buenos Aires.

¿Qué haces una vez que te gradúas de la Universidad?

Me fui a Guadalajara en donde duré diez años trabajando en medios de comunicación, también en el DIF Guadalajara, otro de mis trabajos fue en una agencia de publicidad, este fue un gran paso laboral para mí, era el lugar soñado. Me casé, posteriormente me divorcié porque no funcionó el matrimonio y me convertí en jefa de familia, madre soltera prácticamente.

Vivir lejos de la familia y con un hijo ¿qué tan difícil fue?

Siempre he tenido un angelote a mi lado, gente que me apoyó y me ayudó a pesar de que no eran de mi familia. Era foránea pero siempre había alguien que me echara la mano en los momentos difíciles. Te cuento que una vez mi niña, que tenía como 8 meses de nacida, le dio temperatura en la madrugada, le llamé al pediatra me dijo que le comprara un medicamento que no tenía en casa y como vivía al lado de mi trabajo, le pedí al velador de la agencia que me ayudara a cuidar a la niña mientras iba por la medicina. Vivir lejos te enseña a que el mundo no se cierra, además mi red de apoyo fue fundamental.

¿Cómo es que regresaste de Guadalajara a Torreón?

Yo estaba en plenitud laboral en una ciudad que me atraía mucho. Veníamos mi hija y yo prácticamente una vez al mes a visitar a la familia y en uno de esos regresos en el avión mi hija me dijo: “ya no quiero vivir en Guadalajara”, tenía tres años, ahí es cuando comprendí que ella no quería estar sin su familia ya que era la atención de todos cuando llegaba aquí.

Decides regresar a Torreón y empiezas prácticamente de cero o tenías ya visualizado dónde trabajar

Me invitaron a trabajar en un diario local y tuve la oportunidad de realizar toda la reestructuración operativa, se comenzó a trabajar desde el análisis organizacional, rediseño y sugerí que vinieran personas de Guadalajara. La verdad estuve 8 años y fue algo que me sirvió con el reencuentro de mucha gente y eso me permitió sentirme profeta en mi tierra. Me incorporé como directora de una empresa española en donde estuve un año y eso significó viajar constantemente, al cabo de un año se termina mi contrato a la par les impacta una crisis económica que se vivió en aquel país, posteriormente me invita Eduardo Olmos a trabajar en su administración; meses después me dan la noticia de que tengo cáncer lo que me hizo hacer una pausa en el camino.

Eres sobreviviente de cáncer, ¿cómo viviste esta etapa?

El 6 de enero de 2011 me doy cuenta que tengo un tumor en el seno derecho. Le agradezco a Dios que me haya dado la oportunidad de hacer ese alto en el camino, si bien no de una manera muy linda pero sí necesaria. Del acelere y el estrés me frenaron en seco pero de esta forma valoré a mi familia, amigas, amigos, mi trabajo, la vida que uno cree que es un regalo que va a durar para siempre. Aprendí a alimentarme mejor, a hacer ejercicio, a cambiar mis rutinas sin ser radical. 

Al principio me preguntaba ¿por qué yo? y con el tiempo cambió el sentido de la pregunta, a ¿para qué yo?, esta lección me la estaba dando Dios, no sabía por qué lo hacía hasta que poco a poco lo comencé a entender y fue ingresando al DIF de Torreón donde veía de cerca las vicisitudes de quienes llegaban. No era una empatía forzada quería que las mujeres que llegaban supieran que tenían valía y me di la responsabilidad de ayudar a quienes pasan por lo mismo que yo.

¿Cuál es tu lectura favorita?

Estoy leyendo Cautiva en Arabia de Cristina Morató, también de la escritora y periodista mexicana Ángeles Mastreta y Antonieta Rivas Mercado, Isabel Allende. Me gusta mucho leer a las mujeres fuertes.

¿Cuáles son tus pasatiempos?

Desde hace dos años es la restauración de muebles. Siempre me han gustado las antigüedades. Si no hubiera estudiado diseño gráfico hubiera sido decoradora, diseñadora industrial, arquitecto o ingeniero. Quiero además estudiar carpintería y sí lo voy a hacer. Sé usar esmeril, pulidora, cortadora y sierra. Es muy terapéutico darle una segunda oportunidad a un mueble antiguo que a lo mejor nadie lo quiere. Ah también, se tapicería.

¿Qué tipo de comida disfrutas más?

Cocino de todo, aunque soy o más bien del lado saludable. Mi hija y yo tenemos fijación por la comida oriental aunque los lonches, como buena lagunera, me los como con todo el gusto, también disfruto enormemente la comida italiana. Comparte que es apasionada de los gatos, tiene siete en total, seis son hembras esterilizadas y un macho a quienes describe como la mascota ideal, son maravillosos pero que son incomprendidos y asegura que se encuentra también en la etapa de la mujer en la que generalmente le gustan las plantas.

CALE

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